'El Rey de Todo el Mundo': Vida, Amor y Muerte

'El Rey de Todo el Mundo': Vida, Amor y Muerte

4 Butacas de 5

Doce años después de su última película de ficción (Io, Don Giovanni) y tras dedicar la década de los 2010 a realizar diversos documentales musicales ahondando en palos tan variopintos como el flamenco (Flamenco, flamenco, 2010), el folclore argentino (Zonda, 2015) o la jota (Jota, de Saura, 2016), Carlos Saura presenta en la SEMINCI El rey de todo el mundo, volviendo a la música (en esta ocasión, mexicana) y al mundo de la ficción, demostrando que el director de Fados no solo es un maestro a la hora de retratar el mundo del baile y del folclore desde una mirada documental, sino que es capaz de acercarse a la música desde una perspectiva ficcional con la misma maestría.

Así pues, en su último film, Saura introduce en una coctelera la realidad, la ficción y la metaficción en una tragicomedia clásica que navega entre sus dos géneros preponderantes sin titubeos pero con austeridad, dejando patente que no se requiere de un gran presupuesto para crear una gran historia y lograr la empatía del público hacia unos protagonistas que en su ingenuidad, en su falta de experiencia delante de una cámara cinematográfica, encuentran su gran virtud; a destacar entre los jóvenes debutantes a Greta Elizondo, actriz cuyo personaje es el epicentro de la trama del film que nos ocupa. No diremos esa frase tan manida como cinematográfica -también musical- de “ha nacido una estrella”, pero sí que podemos afirmar sin ningún género de dudas que la joven pero experimentada -y reputada- bailarina de ballet se nos presenta como un ángel caído del cielo que, a buen seguro, tendrá un gran futuro en el séptimo arte. Ella es la luz en una función que no deja de manejar el claroscuro, tanto a nivel formal (la fotografía de Vittorio Storaro se hace más que visible a lo largo y ancho del metraje) como a nivel argumental, pues en este film, la comedia y la tragedia se dan la mano en un baile a ritmo de rancheras, corridos y demás géneros musicales propios de México, país cuya historia, pasada y reciente, se ve homenajeada de la mejor manera posible.

Y en este homenaje musical al país norteamericano no solo encontraremos coreografías dulce y perversamente (según se tercie) ideadas y ejecutadas, así como temas tan conocidos como inspiradores (un ejemplo de ello es la espléndida canción cuya estrofa da título al film que nos atañe: Fallaste corazón), sino que, además, disfrutaremos de una historia hipnótica en su carácter tribulante cuando abraza el drama e incitante cuando desenmascara su faz más lúdica. Así las cosas, en esta obra de arte, la vida, el amor y la muerte danzan al son del destino en este regreso de Carlos Saura a la ficción que es, al fin y a la postre, una de las películas más inspiradoras del presente curso.