Discurso del presidente de la Academia de Cine

Discurso del presidente de la Academia de Cine

Buenas noches amigas, amigos, presidente, president, ministros, vicealcaldesa.
Buenas noches, compañeros.

El otro día alguien me paró cuando iba a entrar en el supermercado cerca de donde vivo. Era un vecino al que yo había visto en mi calle otras veces pero nunca habíamos hablado. Se acercó y me dijo: “oye, tú eres el de los Goya, ¿no?”. Yo le dije, sí… soy uno de los de los Goya. Y luego me dijo: “bueno, y tú, aparte de hacer cine, a qué te dedicas?”.

Es una frase que hemos escuchado alguna vez todas y todos los que estamos aquí.

Yo me quedé pensando y le dije… hazme el favor, siéntate en ese banco que te voy a contar a lo que me dedico. El tipo me miró, como extrañado, o asustado… me debió ver pinta de que iba a soltarle una charla y me dijo que se tenía que ir, que tenía prisa, que había quedado para comer… Y se marchó.

Si se hubiera quedado, le habría explicado a lo que me dedico. A lo que nos dedicamos.

Le habría dicho, mira, lo primero que hacemos es inventarnos una historia. O basarla en algo que conocemos. Una idea. Las ideas están en el aire, son de todos, hasta que llega alguien, las atrapa, y las anota en un papel. Así que todo empieza por la palabra escrita.

Una guionista o un guionista escribe una palabra, luego otra, luego una frase, un párrafo… y aquello se acaba convirtiendo en un guion. El guion describe quiénes son los personajes, lo que hacen, lo que dicen, lo que callan… Es el mapa para todas las personas del equipo. Un guion como los que escribía una persona muy querida por todos nosotros, Patrona de Honor de la Fundación Academia de Cine. Almudena Grandes. Almudena escribía de una forma muy particular. Escribía sobre el reverso de la vida, sobre la cara B, las partes menos conocidas de la realidad, o de las que menos se habla.

Precisamente las 5 historias que optan hoy al Goya a la mejor película tienen eso en común: hablan de la parte menos obvia de la realidad y tienen otra forma de mirarla.

Los guiones, las historias como las que escribía Almudena, las que escriben todas nuestras guionistas están en el origen de todo, y eso es algo que les debemos reconocer hoy aquí. Sin los guionistas, no habría una sola película. Ninguno de nosotros estaría hoy aquí.

Yo le habría contado a mi vecino que quería ser director de cine, y un día le pregunté a Mario Camus cómo hacía para dirigir a los actores. Porque yo había visto Los santos inocentes y estaba muy impresionado con lo que hacían Paco Rabal, Alfredo Landa, Terele Pávez, Juan Diego…

Le pregunté a Mario Camus, y él me respondió con su humildad de siempre: “Yo no hago nada. Los directores no hacemos falta. Lo único que tenemos que hacer es ir al rodaje para asegurarnos de que los actores llegan a la hora”. 

Le habría seguido contando (a mi vecino) que las palabras que escriben los guionistas luego las dicen los actores y las actrices. Las podría decir una de las actrices que más Goyas ha recibido, nada menos que cuatro. Una actriz que hacía algo que muchos actores se ven obligados a hacer: entregar su alegría y su luz a sus personajes, y a través de ellos a su público. Y guardarse para ella su dolor. Verónica Forqué.

Nadie ocultó nunca su dolor de una forma tan hermosa.

Los actores y las actrices forman el grupo más numeroso de nuestra profesión, y también de la Academia. La cuarta parte de los académicos son actores. Y son los que menos trabajo remunerado tienen. Solo uno de cada diez días tienen trabajo. Su desempleo sigue alrededor del 90 por ciento. Es una cifra impresionante. Por eso hemos hablado con el ministro de Seguridad Social para que se les reconozca la misma protección que tienen el resto de profesiones. Ellos no quieren más. Pero tampoco quieren menos.

Y como el sistema público no les cubre, los actores se organizaron y crearon una especie de seguridad social paralela. Se llama Fundación AISGE y atiende a nuestros actores en situación de necesidad, con unas pensiones que les sirven para pagar el alquiler. La presidenta de AISGE fue durante muchos años otra compañera muy querida por todos, Pilar Bardem. Aparte de hacer cine, Pilar se dedicaba a estas cosas.

Eso se lo habría contado también a mi vecino. Y le habría recordado que la nuestra es una profesión que contribuye a enriquecer a nuestro país. Y no estoy hablando sólo de dinero.

Tengo que felicitar a Penélope Cruz, a Javier Bardem, a Alberto Iglesias y a Alberto Mielgo por sus nominaciones a los Oscars. ¡Enhorabuena!

Bueno, todo esto es para decirles lo que no le pude decir a mi vecino. Algunas cosas que hacemos aparte de hacer cine.

Me hubiera gustado también explicarle lo que hace la Academia, aparte de los Goya. Hacemos las residencias para guionistas, las ayudas a la investigación Luis García Berlanga, el próximo verano vamos a celebrar aquí en Valencia el Campus de Diversidad para proyectos de largometraje, con la colaboración del Ayuntamiento.

Pero mejor que se lo habría resumido: le habría dicho que si la Academia de Cine fuera una persona, sería alguien muy parecido a Almudena Grandes, a Mario Camus, a Verónica Forqué, o a Pilar Bardem. Si el cine español tuviera una cara sería la de un maestro que es una referencia. Este compañero es José Sacristán, al que vamos a entregar el Goya de Honor.