'TAR': una obra magistral

'TAR': una obra magistral

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El director Todd Field llega a salas con su anticipado tercer largometraje, ya galardonado en docenas de certámenes, circuitos críticos y premios. Después del drama doméstico In the bedroom, hace más de veinte años, remató con otro estudio de las dinámicas familiares en los suburbios conservadores americanos con Little Children, demostrando un ojo agudo y despiadado para entender las relaciones humanas desde sus complejidades más internas.

Se dedicaba a un género muy específico y en el cual es fácil fallar, pero siempre contó con una dirección asegurada y grandes actuaciones de sus elencos. Pero después de esas películas, durante 15 años, nada. Por eso TÀR es recibida como un evento por cinéfilos en todo el mundo, trayendo de vuelta a un Todd Field más ambicioso que nunca y contando con una actuación que merecidamente no ha pasado desapercibida gracias a la maestría de una de las mejores actrices del cine hoy, Cate Blanchett

TÁR una historia de pérdida, de una caída firme, lineal y finalmente explosiva. Comienza en alto, literalmente, con una aplaudida entrevista a su condecorada protagonista, la directora de la orquesta de Berlín que cuenta con éxito, dinero y poder. Esto último es clave, porque es lo que Field se dedica a explorar en su tercer largometraje.

Lydia Tár es una mujer fuerte y con rasgos narcisistas, que avanza de manera avasalladora, estratégica e inteligente para acumular poder, rodearse de la gente que le conviene y desechar a quienes no tienen nada que aportarle. La película es magistral en la especificidad con la que aborda su contingente tema. Tár nunca pasa por encima de la ley, somete siempre su voluntad a votación y pregunta las opiniones de quienes la rodean. En teoría, no hace nada malo.

Pero lo que la cinta entiende es que el poder se ejerce de forma más invisible y delicada, y por lo mismo es tan difícil de detener. La cultura hoy en día está especialmente atenta y sensible a estas minucias antes indetectables. A la manera en que acosadores, perpetradores y cómplices han quedado impunes históricamente porque no teníamos las palabras, la sagacidad o la valentía de detenerlos. Pero ya no, y a eso se enfrenta Lydia Tàr.

Con una duración de más de dos horas y media, tiene la escala de un biopic o una novela. Por lo mismo sorprende que Lydia Tàr sea un personaje ficticio y la historia un guion original, pero su escala es la de un filme tan grande como la personalidad que busca desnudar. TÀR es un estudio de personaje robusto con una protagonista fascinante porque no busca nuestra simpatía y Field y Blanchett se dedican simplemente a mostrar y explicarnos cómo es que este fenómeno funciona. Cómo los tiempos cambian y con ello pueden caer los invencibles. Y cómo ellos, desde sus alteradas percepciones, viven la pérdida de todo lo que creen que les corresponde.