'Five Nights at Freddy’s': una película terroríficamente aburrida

'Five Nights at Freddy’s': una película terroríficamente aburrida

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Five Nights at Freddy’s llega para evidenciar el salto al vacío de BlumHouse, una productora que, hace tiempo, se olvidó de lo que era asustar. Los datos en taquilla estadounidense (donde la película desembarcó el 27 de octubre) no son malos, el problema es que la película no da lo que promete. Esta adaptación del exitoso videojuego es una nueva oportunidad desaprovechada por BlumHouse. Un proyecto que se queda en un mero trailer atractivo y eficaz para convencer a unos pocos a asistir a hora y cuarenta de un drama troceado con algo de terror.

Five Nights at Freddy’s sigue la historia de Mike, un joven que se hace cargo de su hermana al que le cuesta encontrar estabilidad laboral. Tras un reciente despido, la única oferta que le llega es para ser un guarda de seguridad en una vieja pizzería abandonada. A medida que se adentra en tan inhóspito lugar y descubre unos animatrónicos terroríficos, sus traumas del pasado irán floreciendo y envenenando su realidad. 

Aburrida, previsible y poco atmosférica. Five Nights at Freddy’s supone una decepción para todo aquel que se espere encontrar con una décima parte de lo que el videojuego planteaba en cuanto a suspense y terror se refiere. La intención de darle una entidad dramática a la historia de un pobre vigilante de seguridad abandonado a su suerte en una vieja pizzería termina por erradicar todo aspecto terrorífico. Una vez más, el trauma desmedido se apodera de la pantalla y le resta todo el tiempo a lo verdaderamente importante en este tipo de película de género, los sustos. El drama principal con el que pretenden justificar todas las decisiones de guion actúa como un parásito que bebe del terror para entregar una pieza fallida y mutilada.

Five Nights at Freddy’s no da lugar al misterio, en cuanto hay un mínimo de suspense, la propia película acaba con él a golpe de diálogo expositivo y personaje artificial creado únicamente para darle entidad al supuesto enemigo. La cinta va dando tumbos durante su duración y no consigue ni una cosa ni otra, ni conmueve con el drama ni asusta con el terror. Un ejercicio a medio camino sin identidad que naufraga estrepitosamente.

Resulta llamativo como, teniendo entre manos un espacio lúgubre y terrorífico como lo es la vieja pizzería de Freddy, la acción se escapa de ese lugar en cuanto puede. Si es verdad que la película nos regala algún que otro momento lúcido, pero en cuanto el nivel adecuado de terror está a punto de ser alcanzado, se saca de un tirón al espectador de ese lugar, logrando una incomodidad propia del niño que es engañado por su padre creyendo que va a comer una patata cuando en realidad detrás viene el brócoli.

Five Nights at Freddy’s no funciona. Un nuevo intento de parasitar una franquicia por parte de Blumhouse que fracasa en términos formales pero que parece que se aferra a una buena taquilla provocada, en gran medida, por los fans incondicionales del videojuego.