'Yo Capitán': Contra viento y marea

'Yo Capitán': Contra viento y marea

Entiendo que la tragedia en el continente africano no es del agrado general. Si eres de los que cambia de canal cuando se encuentra un anuncio de una ONG, quizás te cueste aceptar la realidad que nos presenta “Yo, Capitán“. El drama se magnifica casi sin quererlo en cualquiera de los muchos problemas que azotan a los llamados países tercermundistas: pobreza, enfermedades, emigración, guerrillas, conflictos geopolíticos y muchos más. Ante esto, Europa voltea la cabeza para mirar a otro lado. Y esta cinta pone el foco en todos ellos, sin excesivo melodrama y centrándose en contar una historia de una huida hacia adelante.Yo, Capitán” es una película con valores, emocionante y trágica, que va más allá de la verdad que vemos en las noticias.

El director es Matteo Garrone, uno de los cineastas transalpinos más relevantes de la actualidad, junto a Paolo Sorrentino. Un realizador que ganó reconocimiento gracias a “Gomorra” y que vuelve a las pantallas con una obra muy alejada de su itinerario filmográfico, pero manteniendo intactos sus tropos característicos: el interés por el desarrollo de personajes, el empleo de la violencia explícita, un montaje invisible y una cuidada selección musical.

Podemos decir que nos encontramos ante una historia bastante sencilla, con un conflicto y una meta muy clara. Seydou y Moussa desean escapar de su país de origen para viajar a Europa y cumplir sus sueños en el mundo de la música. Quizás los jóvenes sean un tanto ingenuos, pero es lo único que les queda en la vida: imaginar un futuro mejor que el presente que tienen ante sí.

Seguramente, Garrone les ha impuesto demasiados obstáculos a los pobres chicos hasta llegar al clímax que da nombre a la película. Por los giros de la trama, Seydou se verá en la responsabilidad de convertirse de la noche a la mañana en el capitán de un barco y llevar a un centenar de personas hasta la costa de Italia. Este último acto es el más impactante y poderoso a nivel visual, que además sirve para reforzar la psicología de los chicos, dando un paso hacia la madurez al tener a su cargo tantas vidas. Una evolución rica e interesante que tiene al espectador completamente entregado.

Es interesante destacar a los dos actores protagonistas, Seydou Sarr y Moustapha Fall, quienes realizan un trabajo excepcional en su primera incursión en el séptimo arte. Este tipo de historias, con actores no profesionales, parecen no recibir el reconocimiento que merecen. Como si el hecho de que una persona haya vivido condiciones similares a las de la película le restara valor interpretativo. Aunque se elogia el trabajo del director de casting (también meritorio), a menudo se queda ahí.

En mi opinión, tanto Seydou como Moustapha están soberbios en cada fotograma de “Yo Capitán”, sosteniendo la película sobre sus hombros en cada escena. Tienen un gran feeling con la cámara y exhiben una amplia variedad de registros. Como espectador, te sumerges por completo en la película gracias a su valentía y honestidad. Están tan entregados que Garrone no duda en acercar la cámara, algo que podría imponer incluso al actor más experimentado, pero que estos jóvenes resuelven con sobresaliente. Sí, es fácil elogiar la última interpretación de Daniel Day-Lewis, pero lo que hacen estos chicos es digno de quitarse el sombrero.

En definitiva, es una cinta muy trepidante, trágica y llena de sensibilidad, además de tristemente documental. Su valor radica en la narrativa clásica de Garrone, una buena fotografía y unos actores impresionantes. Quizás, cuando la película se aparta de los términos más realistas, pierde algo de interés. Aun así, esto no afecta excesivamente al valor final. Es una historia que estamos acostumbrados a ver en las noticias desde un punto de vista muy cínico, pero que merece ser apreciada en la pantalla grande. Es cine humano. No apartes la mirada y valora “Yo, Capitán” como se merece.