3 Butacas de 5

El cine se ha nutrido de diferentes fuentes a la hora de buscar inspiración para sorprender a los espectadores. Relatos, novelas, poemas, cuadros, canciones, anécdotas, traumas, hechos reales y, desde hace un tiempo, videojuegos. Todo aquello que sea susceptible de ser reempaquetado como una película vale para la causa. Until Dawn es una película basada en el concepto de un afamado videojuego de PlayStation. Un slasher poco convencional que jugaba muy bien sus cartas y atrajo la atención de un séquito de intrépidos gamers. Ahora, la película pretende recuperar la esencia del juego para presentarnos un catálogo de jumpscares y amenazas envuelto en papel de pseudopesadilla.

Un año después de la misteriosa desaparición de su hermana Melanie, Clover y sus amigas se dirigen al remoto valle donde desapareció en busca de respuestas. Explorando un centro de visitantes abandonado, son acechadas por un asesino enmascarado que las asesina horriblemente sólo para despertar y encontrarse de nuevo al principio de la misma noche.

Until Dawn abre el baúl de las pesadillas. La película se las arregla para encajar unos cuantos subgéneros terroríficos dentro de un mismo envoltorio sin que la propuesta se desmorone. Quizá esta sea su mayor virtud, la capacidad de aunar en una misma historia secuencias clásicas de las películas clásicas. Un pastiche genérico con ritmo que no da respiro. David F. Sandberg despliega todo un arsenal de jumpscares retorcidos, criaturas aberrantes y muertes sangrientas demostrando que está en forma.

La película avanza sin atropellos por una trama genérica que abraza el cliché. Until Dawn parte del esbozo vago de todos los tropos del cine de género, pero sin profundizar en ninguno. La cinta parte del cliché para acabar en el cliché y ese es su verdadero problema, no ser capaz de sorprender con ninguna de las variopintas propuestas. Until Dawn apenas contiene vagos matices emocionales que impiden la conexión emocional con alguno de sus protagonistas, convirtiendo a la cinta en una montaña rusa de sustos que pueden llegar a ser irritantes.
Until Dawn es, sin lugar a dudas, una película entretenida. Una propuesta que parte de un material de base del que sabe despegarse de forma inteligente. Una película ágil, escurridiza y algo tramposa que provocará risas y temores a partes iguales.
