'Presunción de Inocencia' vuelve el gran cine de juicios

'Presunción de Inocencia' vuelve el gran cine de juicios

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Desde hace algunos años estamos acostumbrados a que vengan cada semana uno o dos estrenos desde el país vecino. Generalmente suelen ser películas que pasan sin pena ni gloria, aunque de vez en cuando nos encontramos con verdaderas grandes películas. Y eso es lo que ocurrirá el próximo nueve de mayo, cuando llegue a nuestros cines “Presunción de Inocencia”, la última película del actor y director Daniel Auteuil.

Con esta película volvemos a aquellos clásicos sobre juicios que tanto tirón han tenido en todas las épocas pero que desde hace una década están relegados a las series de televisión. La cinta, dirigida y protagonizada por el ya mencionado Daniel Auteuil va a ser una digna integradora de este subgénero cinematográfico compuesto, entre otros por “La costilla de Adán” (1949), “Testigo de Cargo” (1957), “La herencia del viento” (1960), “Veredicto Final” (1982), “El jurado” (2003) o “Argentina, 1985” (2022). Y lo mejor de ella es que, a pesar de que en muchas críticas en medios franceses la acusan de intentar recoger a los espectadores de “Anatomía de una caída” (2023), la película se aleja de este referente cercano, creándose su propia identidad.

El argumento de la película es brillante, un abogado que lleva más de una década sin llevar un juicio, por avatares del destino, tiene que representar a un padre de familia, a quien le acusan de haber asesinado a su mujer. El abogado, interpretado magníficamente por Auteuil, no sólo lo va a defender, sino que cree en su inocencia por ese sexto sentido que todo buen profesional tiene al haber ejercido su oficio durante toda una vida; convirtiendo un caso laboral en personal. La película no busca convertirse en un “who did it?” sino en una película de cómo una misma prueba puede servir a la fiscalía y a la defensa dependiendo de la perspectiva que se tome. Es decir, en el peso que recae sobre los hombros de un abogado; un fallo en su labor y no sólo destrozará la vida de un hombre, sino que dejará sin padre a cinco niños que han perdido a su madre.

Uno de los grandes aciertos del largometraje es el casting. Por muy poco cinéfilo que se sea, se conocen a muchos actores del cine galo, por lo que podrían haber caído en la facilidad de haber puesto dos o tres caras conocidas que atraigan a un público fiel, pero, de una manera arriesgada (y acertada) se ha apostado por grandes secundarios del cine francés (e internacional) que estén al servicio de la historia y el espectador sepa que ha ido a ver “Presunción de Inocencia” y no la última película de …..

Entre los actores destacamos a Grégory Gadebois, Alice Belaïdi y Sidse Babett Knudsen, que junto con Danuel Auteuil consiguen un cuarteto perfecto. Gadebois tiene una carrera de secundario muy solvente y en esta película confirma que es un activo para el cine en general. Su presencia impone y te lo imaginas pudiendo matar a alguien, pero su actitud apocada, humilde y sin personalidad propia lo vuelven a su vez un personaje incapaz de matar a una mosca, por lo que el espectador puede posicionarse tranquilamente a favor del abogado defensor (Auteuil) o la fiscal, papel que interpreta la joven Alice Belaïde. Esta actriz, a diferencia de sus compañeros, ha tenido una carrera comestible, saltando de comedia absurda en comedia absurda, pero quien apostara por ella para tan arriesgado personaje, acertó de pleno. La tercera pata en los secundarios es quizás la cara más conocida ya que Silde Babet Kundsen ha salido en las series de “Westworld” y “Borgen”. Esta actriz danesa ha colaborado en reiteradas ocasiones con el cine francés, pero nunca con un papel que, aun siendo importante, tiene pocos minutos en pantalla. Lo que, para mí, muestra lo atrayente de este proyecto.

Sin embargo, no todo es bueno en la película, hay un pequeño detalle que consigue que no sea una pcinta de diez: la dirección. Daniel Auteuil es un actor magnifico y lo ha demostrado durante toda su carrera, en esta película también, pero como director, a pesar de no ser su primera incursión detrás de las cámaras (en realidad es la quinta), se nota que tiene más ganas que oficio. No está mal dirigida, pero podría haber estado mejor.

Si después de todo esto el lector no puede esperar al nueve de mayo para ver esta película, quizás le interesará saber que está basado en un caso real (que no sale en Wikipedia) pero que se recoge en el libro del ya fallecido abogado y bloguero francés Jean-Yves Moyart. En España aún no se ha publicado traducido.

La película han sido un éxito en Francia, y en los países a los que ha llegado, Italia y Canadá. Aquí en España no va a ser un gran estreno, pero será fácil de encontrar en los cines. No es sólo una película de juicios, sino que es una de esas películas de las que sigues hablando tras verla, debates sobre qué hubieras hecho y se la recomiendas a todos aquellos que aún no la han visto.