'After. En mil Pedazos': Luces y Sombras

'After. En mil Pedazos': Luces y Sombras

2´5 Butacas de 5

Tan sólo un año después del estreno de After. Aquí empieza todo(Jenny Gage, 2019),adaptación al cine del best-seller literario de Anna Todd, llega a nuestras pantallas su secuela: After.En mil pedazos (Roger Kumble, 2020) para seguir deleitando a los numerosos fans de la saga.

Las primeras palabras que escuchamos en esta segunda entrega, en boca de Hardin, el protagonista masculino del film, reconocen algo que ya quedó constatado en su predecesora: esta historia ya ha sido contada mil veces. Y es que el relato romántico de estos dos jóvenes que sufren por amor no es nada nuevo: chica que, harta de su controladora pareja, se enamora del rebelde del instituto (en este caso, la universidad), y chico que va de duro pero que tiene un corazón más frágil de lo que le gustaría reconocer (la trama de un pasado trágico y traumático no puede faltar). A esta manida historia se le sumaban en la primera película todos los clichés propios del drama romántico adolescente heredados del material primigenio, lo que es, sin lugar a dudas, un arma de doble filo: por un lado, se asegura encandilar al amante de este tipo de cintas; por otro, deja un sabor amargo a quien desea ver algo novedoso en un subgénero explotado hasta la extenuación en la literatura y el cine recientes.

 En esta secuela, el panorama no cambia mucho, pues, aunque la historia pretenda avanzar por vericuetos menos transitados, las reminiscencias a series como Crepúsculo o Cincuenta sombras de Grey (sobre todo a esta; sus múltiples escenas eróticas, poco explícitas y menos necesarias para el devenir del relato, así lo demuestran) son más que patentes. Asimismo, el triángulo amoroso que aquí se forja, los conflictos familiares de Hardin y los problemas laborales de Tessa (el otro miembro de la pareja protagonista), sumados a las disyuntivas amorosas que agolpan a los jóvenes personajes, evidencian que esta película nos va a sorprender poco o nada. La poca trayectoria y la pobre construcción del personaje de Dylan Sprouse, el compañero de trabajo de Tessa que promete amenazar la relación entre esta y Hardin en futuras entregas, tampoco ayuda a que esperemos grandes avances en esta historia de amor, al menos en esta entrega de la saga.

Lo que sí supone un avance es el salto de madurez que constituye la película que nos atañe. En el ámbito argumental, tenemos el crecimiento, tanto personal como profesional, de la pareja protagonista, sobre todo de Tessa. Aunque las dudas sigan ahí y su relación con Hardin permanezca en un estado de convulsión constante, la inocencia que transmitía ha dejado paso a la autoconsciencia, la rebeldía que en la primera parte monopolizaba su pareja y el desenfreno, lo que nos dejará diversas escenas tórridas que patentizan el nuevo cariz, algo más adulto, que ha tomado este nuevo capítulo. Esto nos invita a hablar sobre el otro aspecto en el que ha avanzado esta nueva película con respecto a su antecesora. Y es que el cambio en la dirección le ha sentado muy bien a After.We collided. Si formalmente, After.Aquí empieza todo se diferenciaba, en el mejor sentido, de la mayoría de romances adolescentes procedentes del Hollywood más reciente, En mil pedazos no sólo se conforma con consolidar su calidad técnica, sino que da un paso adelante y demuestra un sentido de la estética algo más ambicioso. Una pena que el cambio de guionista (Mario Celaya, que escribe el guion junto a la propia Anna Todd, toma el relevo de Jenny Gage) no impida que en este film nos encontremos una estructura caótica, unas decisiones argumentales difíciles de sustentar y una construcción de personajes secundarios que navegan entre la dejadez y la inexistencia. Aun así, sabe dejar cabos sueltos en los momentos propicios para dejarnos con ganas de ver la siguiente entrega.

En conclusión, After.En mil pedazos es un film que, en ciertos aspectos, mejora a su predecesora y que convencerá a los fans del drama romántico juvenil menos exigentes; no tanto a quien busque una historia narrativamente original y estructuralmente bien cohesionada.