'Un Diván en Túnez': o cómo superar una carrera de obstáculos cultural

'Un Diván en Túnez': o cómo superar una carrera de obstáculos cultural

3´5 Butacas de 5

Con una vieja furgoneta, un sofá mullidito y la voz de Mina Mazzini, acompañamos a Selma, interpretada por Golshifteh Farahani (La noche devora el mundo, Paterson), en el regreso a su país natal.

El primer largometraje de Manele Labidi (Une chambre à moi) se decanta por una manera más ligera de tratar los problemas, tanto del individuo como del colectivo de la sociedad tunecina. Además, consigue transmitirnos un mensaje muy importante: que los problemas no sean superficiales no significa que no existan y no nos afecten.

A través de las sesiones con los pacientes, podemos ver conflictos soterrados; cuestiones que Selma se esfuerza por tratar, a pesar del escaso apoyo familiar que recibe. Si a eso le añadimos un importante choque cultural que pone de manifiesto las diferencias entre la sociedad de Túnez y la de Francia, tanto en la manera de ver la vida como en el funcionamiento burocrático; con lo que se consigue crear una buena tensión a la que los personajes han de responder.

Los prejuicios, la religión fuertemente arraigada y las creencias en lo referente a la figura de la mujer en sociedad constituyen un aderezo importante para el relato que nos muestra la historia de Labidi. Además, otro de los aspectos positivos del largometraje es que no cae en sentimentalismos que podrían ser cliché ni banalidades que no se centren en el relato en sí.

No deja de tratarse de una historia donde se nos construye una manera agradable de observar puesto que no faltan los elementos cómicos, a pesar de los problemas que se presentan y que obstaculizan el correcto funcionamiento de la consulta de psicoanálisis que Selma dirige.

Tanto el ritmo del largometraje como sus imágenes revelan un buen trabajo donde la construcción de planos que hacen que nos acerquemos a inquietudes humanas, tanto parecidas como diferentes a las nuestras; las comprendemos.

Pero, sobre todo, no deja de ser una historia donde volver a los orígenes personales y culturales del individuo tiene un papel importante; además, podemos replantearnos nuestras propias ideas acerca de determinadas culturas.