'Promare': espectáculo sin complejos

'Promare': espectáculo sin complejos

4 Butacas de 5

Hiroyuki Imaishi y Kazuki Nakashima (director y guionista de éxitos como Gurren Lagann o Kill la Kill, respectivamente) vuelven a unir fuerzas con Promare, la nueva propuesta del estudio Trigger. Se trata de la enésima muestra del compromiso de Selecta Visión por traer a España las últimas novedades del mundo del anime, y de hacerlo por todo lo alto, además: con un estreno en cines. Una apuesta digna de agradecimiento, porque Promare lo tiene todo para ser recordada como una de las mejores películas de animación de 2020.

La cinta nos presenta un futuro alternativo en el que el planeta aún se está recuperando del Gran Incendio Mundial, un evento en el que miles de personas entraron en combustión espontánea. Sin embargo, unos cuantos supervivientes a los que pasó a conocerse como “burnish” desarrollaron poderes piroquinéticos: ahora, treinta años después, la reconstruida ciudad de Promepolis se ha convertido en el campo de batalla entre una facción radicalizada de estos individuos (los Mad Burnish) y el equipo de extinción de incendios Burning Rescue. Pero cuando el joven recluta Galo Thymos se enfrenta al líder de los supuestos terroristas, descubrirá que no todo lo que creía saber sobre los burnish es cierto.

Una vez presentada la premisa (sintetizada de manera magistral en los primeros minutos de la cinta), Promare avanza a una velocidad de vértigo. Su trama puede parecer sencilla y demasiado arquetípica, pero la fuerte personalidad de sus protagonistas y los continuos combates y giros de guion imprimen un dinamismo tal que resulta sencillo dejarse llevar por el espectáculo. En conjunto, funciona tan bien y fluye con tanta facilidad que cuesta creerse su duración de casi dos horas.

Sin embargo, lo que hace que uno no quiera parpadear con tal de no perderse medio segundo de la película es una sensacional animación que maravillará tanto a quienes ya conociesen otras obras de Trigger como a los que no. A la riquísima paleta de colores, las frenéticas secuencias de acción, la integración entre elementos en dos y tres dimensiones y los diseños de personajes del genial Shigeto Koyama no se les puede poner ni un, pero: visualmente, Promare es pura adrenalina. Otro punto a favor es sin duda su banda sonora (compuesta por Hiroyuki Sawano, responsable de la música de Attack on Titan, entre otras muchas obras), que brilla con luz propia en los momentos más épicos.

¿Qué es lo que impide que hablemos de una obra maestra? Ante todo, la sensación de que habría hecho falta una serie para desarrollar con mayor detalle varios personajes y puntos del argumento que quedan demasiado desdibujados. Lo que ocurre es que, a la hora de la verdad, Promare es demasiado loca y divertida como para que nada de eso importe mucho. Ese caos controlado que surge de la simbiosis con su vanguardista propuesta visual es lo que hace de la película una experiencia imprescindible para cualquier aficionado al anime.