'Sordo': los sonidos del dolor y la guerra

'Sordo': los sonidos del dolor y la guerra

4 Butacas sobre 5

Tratar sobre de un conflicto que enfrentó a españoles entre sí no es nuevo, como  tampoco adaptar un cómic a la gran pantalla, pero sí la manera de abordar ambos aspectos. Basándose en el cómic del mismo nombre de Rayco Pulido y David Muñoz, Alfonso Cortés-Cavanillas dirige y co-guioniza esta película. Una narración que a muchos espectadores les parecerá original por el planteamiento del tema y el tratamiento de los personajes. La cinta transcurre en el norte de España en 1944 (dos años después que en el cómic) con unos guerrilleros españoles que regresan a su país desde Francia con la idea de comenzar una rebelión y derribar el régimen franquista. Anselmo, el protagonista, pierde la audición en un accidente junto a casi todos sus compañeros, quedando desamparado en una tierra que antes fue su hogar y ahora le es hostil.

Con una dictadura que buscaba maquis y posibles enemigos no son extrañas las escenas de combates, en las que no se disimulan las consecuencias físicas de los mismos. Sin embargo no se recurre a imágenes sanguinolentas o elementos parecidos de forma efectista, quizá simplemente como una forma de subrayar el precio que se paga cuando cesan las palabras y se llega a las armas. Incluso la sordera del protagonista no lleva todo el peso de la historia, pudiendo distinguirse los momentos en los que percibimos su mundo, lleno de temores y oscuridad, del resto de habitantes de la zona, cuyas vidas tampoco son especialmente felices. Más que la aventura de un guerrillero incapaz de percibir sonidos el relato se centra en las consecuencias de la guerra y la pugna de la gente por recuperar un ápice de normalidad. De esta forma veremos desfilar personajes que no se circunscriben a la visión simplista de fanatismo y maldad opuesta a la bondad de amantes de la libertad, con hombres y mujeres que tienen sus propias opiniones sobre la situación que están sufriendo. Eso no significa que se prescinda de caracteres oscuros, como el capitán o la mercenaria, auténticos villanos cuyas forma de ver las cosas parecen propias de dementes.

Se percibe, no obstante, un clima de tensión que vuelve del revés a las gentes, derrumba ideales que se creían firmes y creencias que se pensaban seguras. Un personaje, de hecho, llega a preguntarse qué es lo que les está pasando a todos, puesto que las cosas han cambiado tanto que ya no se sabe quién es el enemigo y por qué. La transformación será más patente en Anselmo, que tiene que adaptarse a unas situaciones complejas y graves: la sordera, su condición de perseguido y saber que uno de sus amigos está a punto de ser ejecutado. Esta mutación le llevará de ser un hombre idealista y para nada cruel a cometer acciones que algunos considerarían criminales.

Con un buen número de escenas en el exterior es destacable la elección de unos parajes boscosos donde el espectador no sabrá de dónde viene el peligro ni quién puede estar acechando. La sensación de paranoia se potencia con los súbitos silencios de la cinta, una forma de indicar la percepción del protagonista, seguidos de disparos, gritos y situaciones de acción. Sin embargo no solamente hay escenas de lucha, contando con no pocos diálogos que no pretenden ser filosóficamente profundos sino un reflejo de las tensiones de los personajes.