'Los Croods: Una nueva Era': Menos cavernícolas que nunca

'Los Croods: Una nueva Era': Menos cavernícolas que nunca

3 Butacas de 5

Los cavernícolas favoritos del público, con el permiso de los Picapiedra, vuelven a la gran pantalla siete años después de su primera entrega. Se prevé que esta película reciba un caluroso abrazo del público por el buen regusto que nos dejó en el corazón la primera parte, pero, sin querer adelantar nada, solo recordar que “segundas partes nunca fueron buenas”.

En esta segunda parte, seguimos de la mano de la familia protagonista en busca de un nuevo lugar para vivir, el ya apodado “el mañana”. Por fin, y de casualidad, encuentran un lugar seguro al que llamar hogar, pero lo que no saben es que ese idílico paraíso, lleno de comida fácil y a salvo de los depredadores, ya está habitado y, lo que es peor, va misteriosamente unido a una norma inquebrantable.

El punto fuerte es, de manera abrumadora, su animación. Sin duda, el dinamismo que ofrece la película es soberbio y la vorágine de buena acción te absorbe sin que lo notes. El buen humor y la suavidad argumental encajan de maravilla en esta película llena de detallismo, expresividad y mucha acción prehistórica. Una delicia para el público seguidor de la animación.

Aunque las comparaciones son odiosas, es imposible no rememorar la primera cinta durante el film. Y es que, si bien The Croods fue una película a todas luces adulta, The Croods: Una nueva era se aleja de su faceta inicial para acercarse a un público más juvenil. Los personajes complejos, que creaban una empatía total con el espectador, se convierten en un estereotipo de cavernícolas torpes con superfuerza. El gran despliegue de gags multicolor y situaciones de humor, aunque realmente divertido, eclipsan a los cavernícolas que habíamos conocido. La historia de supervivencia, donde vemos a personajes muy humanos, llenos de miedo, dudas y esperanzas, a veces violentos e irracionales, queda relegada a una narrativa dónde ni hay peligro ni hay un conflicto realmente profundo.

Incluso el uso tan inteligente del entorno y los animales que ya conocíamos, un mundo lleno de peligros que pasaba del color al gris en un segundo, con una inventiva de animales prehistóricos enorme, queda relegada a un entorno tutifruti extremadamente colorido y suave dónde, incluso en el climax, se pierde la sensación de peligro.

En conclusión, The Croods 2 es una continuación lógica de su predecesora y, aunque la balanza se haya decantado hacia un público más juvenil, ablandando la dureza y profundidad de la trama inicial, sigue siendo un estallido de diversión. Una película llena de buen humor y estupenda animación que nos deja ganas de una tercera parte que cierre el circulo. Sin duda se trata de una muy agradable sorpresa en un año lleno de decepciones.