'El profesor de persa': palabras para la esperanza

'El profesor de persa': palabras para la esperanza

3´5 Butacas de 5

Se han escrito historias trágicas. Relatos basados en hechos reales realizados a través de imágenes, documentos, e interpretaciones de fragmentos de la historia,que han sacado lo peor y lo mejor del ser humano. Las guerras por desgracia, forman parte de esos momentos oscuros de la vida.

El Profesor de Persa no es una película más de la Segunda Guerra Mundial. Es una historia de supervivencia, de esperanza y rencor, de odio y amor, y ejecutado de una manera brillante que solamente se hace a través del cine.

Dirigida por Vadim Perelman (Casa de Arena y Niebla), la película está basada en la novela de Wolfgang Kohlhaase y guionizada por Ilya Tsofin. Una trama que nos sitúa en uno de los campos de concentración de Francia en 1942. En aquel terrible lugar, Gilles trata de sobrevivir tras ser capturado por los soldados de la SS junto a otros judíos. Gilles, consigue sobrevivir tras jurar que es persa y no judío, un motivo que le permite seguir con vida siempre y cuando enseñe el Farsi a uno de los oficiales del campo.

El film logró el Premio del Público en la última edición del Festival Europeo de Sevilla, y el Mejor Montaje en la SEMINCI de Valladolid, galardones más que justificados tras ver la película y que hacen gala de su calidad.

El largometraje no solo es un viaje cinematográfico a través del cine y los diálogos. Con un sólido montaje y una atmósfera que envuelve desde el primer momento, la interpretación del argentino Nahuel Pérez es junto a la dirección y fotografía, lo mejor de una película que no nos cuenta una historia más, sino un paso más hacia la redención del ser humano mediante la supervivencia e instinto de salir hacia delante en momentos tan terribles como los que ha vivido la humanidad.

El alivio cómico en algunas fases de la película también se agradece, aunque no es plato de buen gusto siendo parte de una temática tan dura como la que representa la película, pero aquí está perfectamente justificado. Es una razón más para el entendimiento entre el protagonista y Lars Eidinger, actor que encarna al teniente al mando y que mantiene la frialdad, rencor y a la vez empatía con su profesor.

Existen también en el film muchos elementos que recuerdan a las míticas películas de guerra, capaz de mezclar la comicidad con el propio conflicto bélico, aunque no estamos hablando ni mucho menos de una historia simpática, es de un alto nivel dramático con escenas particularmente atroces. Una notable película que encandilará a quienes busquen una historia de esperanza, un motivo más de preservar la memoria y el aprendizaje para ser mejores seres humanos.