Todos somos 'Friends'

Todos somos 'Friends'

El 6 de mayo de 2004 se emitía el último capítulo de Friends. El grupo de amigos más conocido de la historia de la televisión concluía su recorrido tras diez temporadas de éxito. Yo tenía 6 años cuando las aventuras de Rachel, Monica, Phoebe, Joey, Chandler y Ross terminaron. Sin embargo, no entré en ese apartamento morado hasta varios años después, en el 2010.

Recuerdo perfectamente la primera vez que me encontré con esos personajes, con los sarcásticos comentarios de Chandler o con esas enormes tazas de café con las que ni el más cafeinómano podría tratar. Los meses en los que vi por primera vez Friends fueron preciosos. Eran las personas que me animaban en una época en la que no todo era bonito. Nunca te fallaban, y siempre estaban ahí cuando más los necesitaba (espero que hayáis captado la referencia). Desde que los vi saliendo por primera vez del piso de Monica y Chandler, en el último capítulo de la serie, había deseado con todas mis fuerzas el volver a verlos, volver a encontrarme con esos viejos amigos. 17 años después, aquí estamos.

Friends: The Reunion es ese reencuentro que todos llevábamos esperando. Muchos años después de ese último día de rodaje, los protagonistas de Friends vuelven al estudio donde se grabó la ficción. Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, Matthew Perry y David Schwimmer vuelven a los icónicos apartamentos neoyorquinos, a ese mítico café llamado Central Perk, en un viaje en el tiempo que nos llevará a los años 90. Recreación de momentos icónicos de la serie, lecturas de guion, muchísimas anécdotas y un homenaje a la comedia más influyente de la historia de la televisión moderna.

La mayor herramienta con la que cuenta Friends: The Reunion es la nostalgia. El documental está hecho para fans de la serie, para aquellos que se saben todos los capítulos (al igual que Jennifer Aniston, que no puede parar de recordar momentos icónicos de la ficción), y para los que disfrutan volviendo a ver a estos amigos. La nostalgia está en todas partes, en cada escena, y sí, a veces puede llegar a ser algo guionizado, pero da igual. Es Friends. Este documental es un homenaje delicado y sensible a la serie, y eso se nota en todos los planos.

Dejando a un lado la nostalgia, el otro gran atractivo de este esperado reencuentro es, efectivamente, el reencuentro. Hay un ingrediente que hace que parezca que no han pasado los años, y ese ingrediente es esa tremenda química que tienen los protagonistas. Estamos en 2021, y estos actores siguen contando con una energía inigualable, una verdadera relación de amistad que les convirtió en uno de los mejores repartos de la historia de la televisión. Todos están perfectos (incluso Matthew Perry, el cual no está al 100% debido a diferentes problemas que sufrió a lo largo del rodaje de Friends), y funcionan espectacularmente bien cuando están los seis en pantalla. Mención especial para Matt LeBlanc, que se convierte en el MVP de este documental gracias a sus bromas y esa actitud tan Joey Tribbiani que le caracteriza. Es asombroso (y un poco impactante) el verlos de nuevo juntos, con varias canas y arrugas en la cara, pero aun así, siguen siendo nuestros ‘friends’.

Uno de los platos fuertes de Friends: The Reunion son los invitados especiales. A primera vista, no tenía mucho sentido que Justin Bieber, BTS, Cara Delevigne o Kit Harington aparecieran en el documental. Ben Winston, el director, consigue que estos personajes no sean el centro de atención, y que estén en segundo plano. Y es que, como no podía ser de otra manera, no se paran de hacer referencias a momentos y gags de Friends. Desde apariciones de míticos secundarios como Maggie Wheeler o James Michael Tyler a un trivial con preguntas de la serie (aunque esta vez sin jugarse los apartamentos). James Corden no es santo de mi devoción, pero no resulta tan molesto como presentador y entrevistador en este reencuentro. Está en su justa medida, y es de agradecer.

Friends: The Reunion también se propone hacer una reflexión sobre lo que ha significado Friends para el mundo y, especialmente, para sus millones y millones de fans alrededor del globo. Este segmento es muy emocionante, y cumple a la perfección su objetivo: crear una perspectiva general de la influencia de la serie en la sociedad. Porque está claro que Friends no es una serie cualquiera. Es una ficción que traspasó fronteras y forma parte de nuestra cultura popular. Da igual si provienen de Ghana, de Italia, o de Japón: todos sabemos quiénes son Rachel, Monica, Phoebe, Joey, Chandler y Ross. Y también son nuestros amigos.

Porque eso es lo que hace que Friends no sea una comedia cualquiera. Como comenta David Crane (cuyas intervenciones, junto con las de Kauffman y Bright, nos ayudan a ver una perspectiva general del proceso de creación de la serie), “Friends trata sobre ese periodo de la vida en la que nuestros amigos son nuestra familia”. No puede tener más razón. Friends es tan importante en nuestra sociedad porque todos nos podemos ver reflejados en estos personajes. Sí, tal vez no tenemos un mono como mascota, no trabajamos como actor de culebrones, o no vivimos en un apartamento del centro de Manhattan, pero estos amigos también son nuestros amigos. Todos tenemos a un Chandler, que sabe romper el hielo en cualquier situación; una Monica, que siempre nos pone de los nervios con sus manías y obsesiones, o una Phoebe, que resulta tan extraña como encantadora. Este sentimiento, junto con un reparto perfectamente bien elegido y un guion tan divertido como emocionante, hicieron que Friends se convirtiese en el mayor fenómeno de la historia de la televisión (algo que ni sus mayores haters pueden negar).

Y es que no todas las series siguen teniendo la misma frescura y notoriedad tantos años después. Eso es porque trata sobre un concepto universal como es la amistad. Friends ayudó a muchísimas personas alrededor del mundo, entre las que me incluyo. Este grupo de amigos me ayudaba cuando no estaba en mi mejor momento, cuando el mundo fuera de la pantalla era espantoso. Friends fue (y es) mi “happy place”, la serie a la que acudía cuando necesitaba consuelo o simplemente una sonrisa, y ese es un sentimiento que tuvieron millones y millones de personas. Una serie que tiene ese poder es increíble, y Friends: The Reunion tiene la misma capacidad para sacarnos sonrisas.