'Shorta. El peso de la ley': los grises policiales y las tensiones raciales en los suburbios daneses

'Shorta. El peso de la ley':  los grises policiales y las tensiones raciales en los suburbios daneses

4 Butacas de 5

Antes que nada os quiero compartir que es Shorta para los directores, Frederik Louis Hviid y Anders Ølholm, quienes dicen así: “En árabe, «shorta» significa «policía», y nuestra cinta es por encima de todo una película de género. Está en deuda con directores como William Friedkin, Sydney Lumet y Walter Hill, y sus thrillers descarnados de los años 70 y 80 poblados de antihéroes muy complejos. Pero también con realizadores como Spike Lee y Matthieu Kassovitz, cuyo trabajo rezuma ira, indignación y rebeldía y ofrece un componente social aderezado con un estilo visual muy potente”.

La potencia visual es una de las características principales que podemos destacar en este debut de ambos directores. Shorta, el peso de la ley ya pasó por los festivales de Toronto y Venecia y causó un gran revuelo en Dinamarca, por los temas raciales que trata la película, ya que no se corta ni un pelo a la hora de exponer la ira, el odio y sobre todo los dilemas por los que pasan nuestros protagonistas.

La sinopsis de la trama podría resumirse de la siguiente manera: Los agentes policiales Høyer y Andersen están haciendo una patrulla rutinaria por el barrio de Svalegarden, un gueto árabe que se encuentra en un momento de tensión racial después de que Talib, un joven árabe del barrio entra en coma después de una operación policial. Justo cuando están realizando la patrulla, se anuncia la muerte del joven, lo que desata un infierno de disturbios con una violencia tan intensa del que tendrán que sobrevivir nuestros protagonistas: Jakob Ulrik Lohmann (Mike Andersen), Simon Sears (Jens Høyer), Tarek Zayat (Amos Al-Shami).

La interpretación es excelente, hay una muy buena dirección y una profundidad con los personajes, donde nos dejan muy claro cuáles son sus perspectivas y los directores saben preparar la tensión entre los agentes, Høyer sería el policía con tendencias racistas y Andersen es más correcto, y más adelante con el joven Amos, el cual es detenido de una manera éticamente cuestionable, ya podemos notar la tensión racial que va a predominar a lo largo de la película. Los directores saben dar una humanidad a unos personajes que probablemente despacharíamos a la primera en la mayoría de los relatos de acción.

Sobre la trama en sí personalmente eché en falta un mayor desarrollo de la indignación y la rebeldía social, ya que hay una predominancia en el tema del antihéroe y los dilemas a los que se enfrentan, mostrando un punto de perspectiva que ya encontrábamos por ejemplo en Antidisturbios (Una miniserie española de televisión por suscripción, de drama policíaco y thriller, creada y coescrita por Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen para Movistar+).

Hablando sobre la dirección fotográfica y estética, es muy frenética con unas escenas de acción muy tensas donde el estilo de la cámara le da un toque de realismo que ayuda a la tensión general de la película. La cámara no para de moverse y da la sensación de que hay un reportero acompañando a los protagonistas a lo largo del film.

A niveles generales es una buena película, que sabe mantener el interés y la tensión. Te sabe sorprender y en mi caso me ha aleccionado sobre los problemas raciales de Dinamarca, donde yo pensaba que todo el mundo vivía feliz al norte de Europa ya que destacan por ser países más ricos y estables. Pero la realidad es que donde para unos puede ser un paraíso donde vivir, para otros no lo es y tienen que hacer lo que pueden por sobrevivir.