'Las vacaciones de Hilda' de Agustín Banchero la apuesta de Uruguay en New Directors

'Las vacaciones de Hilda' de Agustín Banchero la apuesta de Uruguay en New Directors

La ópera prima de este autor que explora en diversas áreas como dramaturgo, artista visual, director de teatro y cine, llega “para mover una memoria emocional… de un tiempo sin tiempo”, así lo asegura el joven director quien se rodeó de intérpretes consagrados de teatro como Carla Moscatelli o el emergente actor Gabriel Villanueva.Se estrena el domingo 19.

Sinopsis

Hilda es una mujer solitaria que vive en el pueblo de Concepción. Intencionalmente quiebra cualquier tipo de relación afectiva con las personas de su entorno cercano. Su vida se ve interrumpida por el aviso de que su hijo viene a visitarla después de varios años. Así ella comienza los preparativos para mejorar su casa y su imagen que ha decaído en los últimos tiempos. Sobre la fecha, su hijo cancela la visita y la pospone por tiempo indeterminado. Ahora Hilda deberá vivir un verano en el pasado.

Director

Agustín Banchero, Montevideo, 1987. Egresado de la carrera de Realización Cinematográfica de la Escuela de Cine del Uruguay (ECU). Desarrolla su trabajo como artista visual, dramaturgo y director de cine y teatro. Su obra ha recibido diversos reconocimientos a nivel nacional e internacional como el gran premio Salón Nacional de Artes Visuales, Mejor cortometraje nacional, premio Nacional de Letras, premio AGADU (en el marco del Primer Encontro de Artistas Novos llevado a cabo en Uruguay, organizado por el Centro Cultural de España y la Ciudad de la Cultura de Galicia) entre otros.

Sus cortometrajes: PozosMañana lunesLejos es inviernoDe las casas blancas y Las pérdidas, han sido distinguidos en diversos Festivales nacionales e internacionales (Inglaterra, España, Holanda, Argentina, Brasil, México, entre otros).

Las vacaciones de Hilda es su Ópera Prima.

Motivación

Aunque puede que no sea la primera interpretación de la película para alguien externo, Las vacaciones de Hilda es la historia de un hijo que busca entender a su madre. Se trata de un intento por generar un retrato áspero de los seres que más quiero y de mi universo cercano. Filmo para entenderme a mí y a las personas que me rodean.

A través de un relato ficcional, me sumerjo en un mundo donde puedo mover las cosas, emular una nueva realidad. Todo es mentira y todo es verdad, y eso no es necesariamente una contradicción.

Aspiro a componer un cine que se rija por la interioridad de los personajes. No busco la comprensión total del espacio o del tiempo. La emoción y la memoria deberían gobernar la película.

Me interesa pensar en la memoria antes que la idea, antes que cualquier tipo de racionalización, antes que la comprensión o interpretación. La memoria no intelectual, sino emotiva. La memoria ubica, discrimina, distorsiona y pone en orden jerárquico a los recuerdos, a las personas, a las cosas y a los lugares. 

No se puede elegir qué recordar y qué olvidar, en ese espacio es donde habita la culpa, o en el mejor de los casos la responsabilidad, que rompe la temporalidad y aparece sin previo aviso.

De eso se trata esta película, de cómo Hilda intenta comprenderse y de cómo yo intento comprenderla, a través de un tiempo sin tiempo.