'Entre dos Amaneceres': el eclipse de la bondad humana

'Entre dos Amaneceres': el eclipse de la bondad humana

4’5 Butacas de 5

¿Puede el hombre corromperse de la noche a la mañana? La vida nos hace plantearnos algunas cuestiones personales en determinados momentos de nuestras vivencias. Corrupción, capitalismo, deslealtad, egoísmo…son múltiples los factores que inciden en el corazón del hombre, destronando los valores y la inocencia a costa del dinero.

Cuesta mucho dejar de lado los valores familiares, aquello que nos hace feliz, el amor…la necesidad de ser completos a costa de nuestras obligaciones laborales, pero muchas veces son capaces de devorar por completo la bondad. ‘Entre dos Amaneceres’ es la respuesta a la pregunta del inicio de esta crítica, hasta ahora a nivel personal, la sorpresa más potente en la sección de Nuevos directores del Festival de San Sebastián.

Selman Nacar propone al espectador un viaje a través de la oscuridad de la corrupción y el egoísmo empresarial en una historia en la que los valores del amor, bondad y fraternidad se compran con dinero. Una trama del día a día por desgracia, y que sucede en múltiples lugares del mundo. El director demuestra una solvencia maravillosa en la construcción de la narración, configuración de la fotografía y unos planos en los que sus intérpretes agarran la tensión del espectador para provocar una atención que a medida que avanza el film provoca nuestra ira interior.

La historia nos sumerge en un incidente laboral acaecido en la empresa familiar de Kadir, un accidente en el que el trabajador resulta gravemente herido. A partir del fatal acontecimiento, Kadir (Mücahit Kocak) se ve en la obligación moral de poner sobre la balanza vital su futuro laboral y familiar ante el amor y justicia de la familia del accidentado.

Estamos ante un largometraje intenso, que no necesita de grandes alardes para ofrecer una potencia visual y narrativa que escarba en nuestras conciencias provocando la ira ante una situación que se descontrola en cada paso. Emocionante, intensa y desgarradora, todos los elementos que conforman la corrupción y la necesidad de comprar el alma humana se dan en una película que nos hace vibrar a través de los sentimientos de justicia e injusticia.

Una película en la que el director y guionista turco ejecuta un film tan duro como la vida misma en la que solamente el amor y la necesidad de justicia interna nos hace abrir los ojos ante nuestras vidas.