'Amazing Grace': Siempre Aretha

'Amazing Grace': Siempre Aretha

4 Butacas sobre 5

Durante los últimos años, hemos visto como míticos cantantes de ayer y de hoy han tenido un homenaje o tribute a partir de obras documentales. La galardonada Amy, Gaga: Five Foot Two o Homecoming son algunos de los ejemplos de este subgénero del documental que tanto está triunfando. En su totalidad, suelen ser obras que nos acercan a esa personalidad, que nos enseñan su vida y su influencia en el mundo entero. Pero Amazing Grace quiere ir aún más allá.

Amazing Grace tiene poco que ver con estos documentales que hemos mencionado anteriormente. La película, inicialmente dirigida por Sydney Pollack y finiquitada por Alan Elliott, no es un documental al uso, sino que nos muestra la grabación de uno de los discos más conocidos y famosos de la cantante. Estas sesiones fueron realizadas en una iglesia de Los Ángeles en 1972, y tras esto, la película había sido archivada para desgracia de la humanidad. Sin embargo, poco tiempo antes de la muerte de Pollack, este pidió que se terminara la cinta y que ‘Amazing Grace’ viera la luz. Y así fue.

Ante todo, Amazing Grace es un tesoro perdido. No entiendo cómo esta película ha podido estar tanto tiempo guardada en un cajón, siendo uno de los mejores testimonios del arte que poseía Aretha Franklin. Son pocos las grabaciones que tenemos de la cantante, de una de las grandes (por no decir la más grande) del soul, y poder disfrutar de una obra como es esta cinta es de agradecer.

Pero Amazing Grace no es solo un tesoro perdido ni un testimonio del espectacular talento de Franklin: es una pieza de arte. Pollack realizó la grabación de este concierto, un concierto que nos enseña la capacidad de llegar a los espectadores que tenía Franklin en esa iglesia. ¿Lo mejor de todo? Que incluso tú, sentado en la comodidad de tu cine habitual o de tu casa, sientes el mismo sentimiento que ellos, el de sentir que estás presenciando algo mágico y emocionante. La propia Aretha llega a un punto en el que no puede más y no puede evitar que se le salten unas lágrimas, y tú lo comprendes al 100%. Toda una obra de arte.

Todo lo que envuelve la película denota este sentimentalismo y esta emoción desbocada. Desde el propio público extasiado con la voz de la cantante hasta la propia forma de grabar, que se siente tan sumamente real y emocionante como si tú mismo estuvieses ahí, dentro de esa iglesia, presenciando un espectáculo de primera categoría. Y eso es lo que consigue hacer de este “documental” algo mayor: la emoción, la emoción en todos sus campos. Algo que poquitas obras pueden lograr, Amazing Grace lo consigue con creces.

En conclusión, Amazing Grace es uno de los mejores documentales musicales que tendréis el gusto de ver en vuestra vida. La forma en la que Pollack, Franklin y el resto del reparto de esta “película” consiguen traspasar las barreras de la pantalla y emocionarte es algo que poquitas veces hemos podido ver en una sala de cine. Seguramente, una de los mejores y más entretenidos documentales de todo el año. Y por cierto, si después de ver la película no estas tarareando canciones de Aretha Franklin, es que efectivamente eres un trozo de hielo.