Los últimos días del Festival de San Sebastián han sido un mar de caos. Ya no solo por tener que ver las películas que se vayan estrenando según el día, sino que además muchos (yo incluido) tienen estas jornadas para ver películas que se nos hayan quedado en el tintero, cintas que nos hemos perdido a lo largo del festival. Como podréis suponer, no es nada fácil organizar un calendario con 6/7 películas al día, y al final siempre tienes que dejar alguna fuera.
Durante estos últimos días, no solo hemos podido ver decenas de películas. Además, han sido mucho los actores y cineastas que se han paseado por la Concha para presentar diferentes cintas, como ha sido el caso de Donald Sutherland y Penélope Cruz, quienes además venían a recibir sus respectivos Premios Donostia; o los repartos de películas como Diecisiete o Red Avispa.
The Burnt Orange Heresy, de Giuseppe Capotondi (Proyecto Donostia)
La primera del día llegaba a las 9 de la mañana. Muy temprano, nos levantábamos para ver The Burnt Orange Heresy, dirigida por Giuseppe Capotondi y protagonizada por Claes Bang, Elizabeth Debicki, Mick Jagger y Donald Sutherland. Un reparto de infarto para una película que resulta interesante. La cinta es buena, sabe bien manejar la tensión y las relaciones que mantienen los diferentes personajes, interpretados perfectamente por unos actores en estado de gracia (destacar a Mick Jagger, quien realiza la actuación de la película). Sin embargo, y por desgracia, The Burnt Orange Heresy se acaba sintiendo más como un telefilm del que nos olvidaremos muy pronto. Eso sí, es un telefilm de los buenos.
Parásitos, de Bong Joon-ho (Perlas)
Y llegó el premio gordo. Tenía muchas expectativas con Parásitos, ya que había oído hablar maravillas de ella después de su triunfo en el último Festival de Cannes, en el que se hizo con la Palma de Oro. Pero sí, chicos: Parásitos sí es para tanto. La película de Bong Joon-ho es un festival de emociones y entretenimiento, un divertimento que logra estar a la altura en todos los sentidos de la palabra. Funciona a la perfección en todos los géneros en los que se inmiscuye, logrando que el espectador esté en constante atención, gracias a una trama increíblemente bien pensada, una dirección milagrosa y unas interpretaciones que te dejarán sin aliento. La película va a más en todo momento, y puedes llegar a esperarte cualquier cosa de estas dos complicadas familias. Y además viene con crítica social incorporada. ¿Qué más podemos pedir?
Diecisiete, de Daniel Sánchez Arévalo (Sección oficial)
Cambiamos radicalmente de género y país. Inmediatamente después de la locura que fue Parásitos, llegaba el momento de ver lo nuevo de uno de nuestros cineastas más conocidos. Daniel Sánchez Arévalo vuelve al cine, esta vez de la mano de Netflix, con Diecisiete, protagonizada por los archiconocidos Biel Montoro y Nacho Sánchez. Lo mejor que tiene la película es su autoconsciencia como producto: en todo momento sabe lo que quiere hacer, y no intenta ser una cosa que no es. Diecisiete es una película de buenos sentimientos, una feel-good movie de manual que te llegará al corazón. No todo es perfecto en esta película, ya que el guion tiene ciertos elementos que no harán gracia a todo el mundo (incluso pueden llegar a causar un poco de vergüenza para el espectador), pero se puede decir que Sánchez Arévalo vuelve por la puerta grande. Y por favor, Nacho Sánchez se merece el cielo con su interpretación.Cambiamos radicalmente de género y país. Inmediatamente después de la locura que fue Parásitos, llegaba el momento de ver lo nuevo de uno de nuestros cineastas más conocidos. Daniel Sánchez Arévalo vuelve al cine, esta vez de la mano de Netflix, con Diecisiete, protagonizada por los archiconocidos Biel Montoro y Nacho Sánchez.
Lo mejor que tiene la película es su autoconsciencia como producto: en todo momento sabe lo que quiere hacer, y no intenta ser una cosa que no es. Diecisiete es una película de buenos sentimientos, una feel-good movie de manual que te llegará al corazón. No todo es perfecto en esta película, ya que el guion tiene ciertos elementos que no harán gracia a todo el mundo (incluso pueden llegar a causar un poco de vergüenza para el espectador), pero se puede decir que Sánchez Arévalo vuelve por la puerta grande. Y por favor, Nacho Sánchez se merece el cielo con su interpretación.
Waiting for the barbarians, de Ciro Guerra (Perlas)
Había sido un día muy largo, de mucha intensidad y lleno de grandes películas. Es por eso que decidí darle una oportunidad a la nueva película de Ciro Guerra, Waiting for the barbarians. El director había conseguido gran reconocimiento con algunas de sus anteriores obras (como Pájaros de verano y El abrazo de la serpiente), y en esta película contaba con un reparto excepcional, liderado por Mark Rylance, Johnny Depp y Robert Pattinson. Pero ni siquiera este espectacular reparto (y, por consiguiente, sus fascinantes interpretaciones) puede salvar una película soporífera, que no sabe muy bien qué contar durante sus 120 minutos de película.
Waiting for the barbarians intenta contarte una historia muy grande, una de esas historias épicas que muy pocas veces vemos ya en el cine actual, pero se queda a mucho camino de lograrlo a causa de un guion mal estructurado y una pesadísima segunda parte.
Red Avispa, de Oliver Assayas (Proyecto Donostia)
Penélope Cruz llegaba a San Sebastián hace unos días para recibir el Premio Donostia, el premio honorífico del festival, en homenaje a su extensa carrera y a su talento, que la ha convertido en una de nuestras actrices más internacionales (por no decir la que más). Pero la actriz no solo acudió a la ciudad vasca para recibir dicho galardón, sino que llegó también para presentar su última película, Red Avispa, dirigida por Oliver Assayas y protagonizada por Edgar Ramírez, Gael García Bernal, Ana de Armas, y un largo etcétera de actores conocidos internacionalmente.
Sin embargo, este singular reparto tampoco ha sido capaz de salvar esta película, una cinta que termina por resultar repetitiva, demasiado complicada y con diversas tramas y saltos temporales, efectos que lo único que consiguen es que el espectador que está sentado en su butaca se pierda y, a su vez, pierda el interés. La cinta tiene puntos a su favor: logra entretener al público y no se llega a hacer del todo pesada (aunque hacia el final comienza a hacerse especialmente larga), y cuenta con las interpretaciones de Penélope Cruz y Ana de Armas, que, a pesar de contar con papeles discretos y menores, elevan la película a otro nivel.
El príncipe, de Sebastián Muñoz (Horizontes Latinos)
No había tenido la oportunidad de ver algunas de las películas pertenecientes a nuevos directores, ya que, con tan pocos días en la ciudad, es prácticamente imposible poder ver todo lo que hay en todas las secciones. Pero conseguí sacar un poco de tiempo para ver una película que muchos compañeros me habían recomendado (no sin razón): El príncipe, dirigida por Sebastián Muñoz y protagonizada por Juan Carlos Maldonado y Alfredo Castro. La cinta no deja indiferente a nadie, siendo un retrato de la identidad sexual, la prisión y el afecta que se desarrolla en situaciones de extrema gravedad. El príncipe logra todo eso sin despeinarse, regalándonos un retrato tan sexual y sucio como extremadamente bueno. Y, por supuesto, no nos podíamos olvidar de las interpretaciones, especialmente la de Alfredo Castro, que nos vuelve a deleitar con una actuación sobresaliente. Eso sí, no está recomendada para sensibles.
Play, de Anthony Marciano (Zabaltegi)
San Sebastián es una montaña de emociones: puedes haber visto una película extremadamente dura y con una gran reflexión, y al instante siguiente te encuentras ante una propuesta completamente diferente, amable y divertida. Eso fue lo que me sucedió a mí tras el visionado de El príncipe, ya que justo después decidí darle una oportunidad a Play, una de las grandes infravaloradas del festival. El caso de esta película es verdaderamente particular, ya que pertenece a ese selecto grupo de filmes que consiguen cierto culto dentro del mismo festival, a pesar de haber sido vista por un grupo reducido de personas.
Y es una pena, porque Play es una de las mejores películas del festival. La forma que tiene de contar la infancia, la adolescencia y el crecimiento de este particular grupo de amigos recuerda en contenido a Boyhood, pero la forma no puede ser más particular, a base de cámara en mano, un aspecto que la hace muchísimo más real y emotiva. Una de las grandes sorpresas del festival.
Joker, de Todd Phillips (Película sorpresa)
Llegó la película que todos estábamos esperando. Desde el momento que comenzó el festival, todos sabíamos que Joker iba a ser la película sorpresa. No es para menos teniendo en cuenta todo lo que se había hablado de la película de Todd Phillips y, tras triunfal victoria en Venecia, su probable recogida de premios durante las ceremonias que están por llegar en los próximos meses. Y es completamente entendible, porque Joker es una brutalidad.
La cinta consigue darle una vuelta de tuerca al popular villano de los comics de Batman, convirtiendo a Joker en una caída a los infiernos impactante, con escenas de verdadero dramatismo y perfectamente dirigidas por Phillips, que logra una verdadera obra de arte en ciertas ocasiones. Pero por encima de todo, Joker es una rotunda crítica al sistema, a la sociedad, a los límites del humor, a las enfermedades mentales y a la falta de moralidad y empatía. Esta crítica resulta problemática y polémica en muchas ocasiones, pero no por ello deja de ser efectiva y perfectamente creada. Sin duda alguna, Joker lo tiene todo para arrasar.
First Love, de Takashi Miike (Zabaltegi)
Decidimos terminar el Festival de San Sebastián por todo lo alto, con una película de la que también habíamos oído hablar en innumerables ocasiones. First Love, del director japones Takashi Miike, es un espectáculo con todas las letras. En ningún momento sabes qué está pasando en la película, tampoco quienes son los buenos ni quienes son los malos, pero no importa: su único objetivo es entretener y divertir al espectador, algo que logra con creces. Su surrealismo y diversión excede completamente las normas de lo físico y natural, regalándonos un suculento manjar de sangre, persecuciones espectacularmente bizarras y un humor que crece por momentos. No pararás de reír.