'Santos Criminales': Soprano Origins

'Santos Criminales': Soprano Origins

2’5 Butacas de 5

Los Soprano ha sido sin duda una de las series más influyentes de la historia de la televisión, su nueva visión sobre el thriller mafioso y cómo abordaba, de manera intimista, temas como la familia, la palabra y el honor, de un modo crudo y maduro, pero con un gran componente humano, la catapultaron al olimpo de las series y con razón.

Toda esa estela es la que intenta recuperar Santos Criminales de Alan Taylor, que es más que recomendable para los fans pero que muy probablemente no enganche a un nuevo público. Sin entrar en spoilers vamos hablar de lo mejor y lo peor de esta cinta.

Desde los primeros minutos reconocemos el carácter nostálgico y referencial que tendrá la película a lo largo de las dos horas de duración, seguiremos las desventuras de Dickie el padre de Cristopher Moltisanti y tío de Tony Soprano, quién iniciará a este en el mundo de la mafia.

Durante toda la película observamos a los míticos personajes de la serie en su versión más joven y brutal, que están interpretados por un increíble cast, pero del que desgraciadamente no tendremos presentación. Y es que este es el punto flaco de la película, asume demasiado acerca de lo que conoce el espectador y no gasta ni un minuto en presentarnos a los personajes ni sus relaciones.

Lo que provoca, que a ojos de un espectador sin familiarizarse con el producto original, le resulte demasiado banal las desgracias que sufren los personajes, donde los detalles se pierden y lo esencial se queda en anecdótico.

Sabiendo esto, podríamos dividir la cinta en dos partes, por un lado, un film de orígenes en el que Tony Soprano acabará encontrando su papel en el mundo de la mafia, y por otro un thriller mafioso donde Dick Moltisanti tendrá que hacer frente a la revuelta de una banda rival que empieza a formarse.

Pero ninguna acaba de concluir “satisfactoriamente”, pues la historia es un refrito que hemos visto constantemente en este género y la otra no llega a conectar con el espectador, pues si no conoces a Tony Soprano poco te interesan los orígenes de un personaje del que sabemos más bien poco, es cierto que sabemos que es hijo del líder y que se debate entre lo correcto o seguir los pasos de su progenitor, pero más allá de eso, no sabemos nada más. Y mucho menos sabemos algo de su círculo, porque, aunque están presentes ni su madre ni su hermana ni siquiera su padre se define como personaje en ningún momento, no en la película.

Y ese es el gran handicap, considerándome un gran fan de la serie, he disfrutado de volver con estos personajes y de verles en sus mejores días, como ver una antigua fotografía antigua que miras con nostalgia pero no dejo de sentir que es una película solo para los fans y aunque eso me alegra por una parte, tenemos que reconocer que entonces es un producto fallido pues deja fuera de la ecuación al público general y lo que aporta tampoco es nada nuevo pero visto con nostalgia te transporta a épocas mejores.

Además no he podido evitar pensar en que la cinta quiere ser estéticamente bella en momentos donde no es necesario, una dirección de fotografía demasiado pendiente en que el plano sea bonito y que la luz esté cuidada, que en la crudeza que se supone recalca y es que resulta imposible no comparar con el producto original, dónde el tratamiento de la imagen se centraba en lo contrario, lo curdo de los asesinatos, lo poco glamuroso de la mafia y sobre todo como eso afectaba a los personajes que acababan trastornados. Elementos que esta película, desgraciadamente, pierde.

En conclusión, una delicia para los fans pero que dejará fríos aquellos que esperen un producto genuino o no estén familiarizados con la serie original.