'Hierve': El último gran plato de Filmin antes de acabar el año

'Hierve': El último gran plato de Filmin antes de acabar el año

Estrenamos en exclusiva el 29 de diciembre este “gastrothriller” filmado en plano secuencia y protagonizado por Stephen Graham, que acumula 11 nominaciones en los British Independent Film Awards. Sin duda, una de las películas europeas del año. 

Filmin acaba el año como lo empezó: ofreciendo en exclusiva a sus suscriptores una de las mejores películas de la temporada. Si en febrero estrenamos “The Assistant“, de Kitty Green, el próximo 29 de diciembre despediremos 2021 con “Hierve” (“Boiling Point” en su versión original), de Philip Barantini. La película, nominada en 11 categorías a los British Independent Spirit Awards, y protagonizada por Stephen Graham (“The Virtues”, “Line of Duty”) está filmada en un único plano secuencia, y sigue durante una hora y media a los trabajadores y a los clientes de un lujoso restaurante de Londres durante el servicio más complicado en el día más concurrido del año. Una pesadilla en la cocina antes de Navidad que probablemente aumentará tu empatía hacia chefs, cocineros y camareros.

SINOPSIS:
En la noche más concurrida del año en uno de los restaurantes de moda en Londres, el carismático jefe de cocina Andy Jones se pasea por el hilo de la navaja tratando de no sucumbir ante una crisis personal y profesional que podría destruir todo aquello por lo que ha trabajado. La inesperada visita de un inspector de sanidad y seguridad alimentaria aumenta la presión sobre el personal mientras no dejan de llegar más y más clientes. Andy abronca y engatusa a su equipo indistintamente, haciendo todo lo posible para disipar las tensiones entre la gerencia y los trabajadores, mientras atiende a las ridículas demandas de sus clientes.

SOBRE LA PELÍCULA:
Poco podían imaginar Philip Barantini y Stephen Graham en 2018, cuando juntos decidieron producir un cortometraje que serviría de carta de presentación del primero para conseguir un agente, que “Boiling Point”, aquella idea de filmar en tiempo real y en una única toma un servicio infernal en un restaurante, acabaría convirtiéndose años después una de las mejores películas británicas de la temporada. Lo de rodar en plano secuencia no era un capricho. Tal y como explica Barantini, que durante 12 años fue chef en diversos restaurantes: En un servicio de cocina no hay pausas, ni cortes, ni la posibilidad de dar un salto en el tiempo. Un servicio es una toma, y más vale que lo des todo en todos y cada uno de los segundos.

Aquel corto sirvió para que Barantini y Graham compartan representante. La complicidad entre ambos es enorme, como demuestra el hecho de que el director delegase en su estrella la elección del reparto de la película. Tiene sentido, pues el jefe de cocina suele elegir a su equipo, y era importante emular esa experiencia. Además, cuando Stephen Graham sugiere un actor o actriz, no es necesario cuestionarlo. Su gusto es impecable, afirma Barantini. Graham, por su parte, tiene claro que la exigencia de rodar en una única toma aumenta la presión sobre el actor: Nadie quiere ser el que se equivoca y obliga al resto a volver a empezar. Así que en el rodaje todo el mundo lo dio todo, todos vibrábamos en la misma frecuencia. 

Barantini se impuso dos reglas por si las dificultades eran pocas: la cámara siempre estaría siguiendo a un personaje, jamás flotaría sola por el espacio. Y jamás se repetirían movimientos de cámara. Si la cámara entra y sale de la cocina una vez, a la siguiente vez entrará y saldrá pero de un modo diferente. Elegir la cámara tampoco fue sencillo: Hay muchas cámaras que no pudimos usar debido a las limitaciones de tiempo de las tarjetas de memoria que utilizan, recuerda el director.

Con todo, el resultado es más que satisfactorio. “Hierve” está nominada a 11 premios en los British Independent Film Awards, es firme candidata a los Bafta del próximo año, y nos permite descubrir qué se cuece en las cocinas de los restaurantes más reconocidos del mundo. Ha sido realmente genial explorar este mundo y ver a esas personas que esconden el caos detrás del escenario mientras los comensales comen tranquilos, ajenos a todo, concluye Graham,