'El Poder del Perro': la crudeza del alma humana en su camino a la ternura

'El Poder del Perro': la crudeza del alma humana en su camino a la ternura

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La larga espesura de la arena, la sequedad de las emociones y un buen trago de Whiskey mientras el sonido de nuestras botas capitanea el terreno labrado por Joe, el agricultor que se despierta cada día para ordeñar a sus vacas. Escupimos tras masticar un poco de aquel tabaco de Rose para bendecir una mañana más el día: Querida, larga vida al western.

Jane Campion cabalga sobre el caballo ganador de El Poder del Perro arropado con lo mejor del western, los ingredientes del drama más visceral y el talento de unos intérpretes que construyen unos personajes de época. La nueva película de Netflix llega a la plataforma, tras su paso por Venecia, para saciar el hambre del aroma de las películas más rudas, con una carga emocional impactante y tan hipnótica que como la inmensa belleza que su fotografía desprende.

Benedict Cumberbatch y Jesse Plemons se sumergen en una historia de rivalidad entre hermanos. Acaudalados pero diferentes en las formas, son dos espejos manchados por el odio y el dolor. Mientras que Phil (Cumberbatch) es elegante, cruel y con una oscuridad interna que tapa su ternura, George (Plemons) es amable, pero impasible ante la demostración de emociones. Los dos representan la vida en el oeste americano de inicios del siglo XX, época en la que la modernidad comenzó a llegar, y donde los pueblerinos abanderaban a Bronco Henry. Todo cambia cuando Phil decide casarse con Rose (Kirsten Dunst), una viuda con otra historia dolorosa en su vida y que anestesia el dolor mediante tragos de alcohol. Ella es madre de un hijo (Kodi Smit-McPhee) de extrema sensibilidad y que representa los valores de una sociedad que comenzaba a cambiar.

El Poder del Perro‘ es una de las películas del año, una obra tan furiosa como bella, hipnótica y atrapante en unos personajes tan diferentes pero que esconden la ternura a través de un odio cargado de crueldad. Jane Campion desnuda la masculinidad es una película vibrante, donde nadie está a salvo y en la que la creencia de los ídolos caídos mantiene fuertes a sus personajes. Estamos ante un largometraje que abre de par en par al hombre, para destapar emociones obcecadas en el odio y que deslumbran en un camino que esconde ternura, esa en la que demostrar los sentimientos hacia personas del mismo sexo estaba mal visto. Una película llena de sensibilidad, a veces dura, otras tiernas, pero con un gran dolor: el de la búsqueda de la identidad, las crisis y por supuesto los miedos.

Jane Campion, ya tocó la tecla adecuada con El Piano y aquí ofrece una liturgia árida y seca, con un paisaje que abarca todo, la espesura del corazón humano en la que sus personajes se desgarran. La batuta sin duda recae en Benedict Cumberbatch, quien realiza sin duda la interpretación del año y la suya en toda su carrera. Añejo, oscuro, rudo pero capaz de tocar las cuerdas exactas de una guitarra con las que revertir sus emociones. A su lado Jesse Plemons y Kirsten Dunst aportan sentido a una historia en la que la condena al dolor y tratar de revertirlo en su principal objetivo.

El Poder del Perro‘ te absorbe hasta dejarte seco, como la arena árida y ruda del desierto. Una película sublime, capaz de desnudar al hombre, a la frialdad más absoluta y convertirla en la ternura de la libertad. Jane Campion es indomable y es la jinete perfecta de una película magnífica.