'¡CANTA! 2': Segundas partes siempre fueron buenas

'¡CANTA! 2': Segundas partes siempre fueron buenas

5 Butacas de 5

Crítica de Elena Cabanillas Mallenco y Sergio Uroz Corral

Hace 5 años el estudio de animación Illumination nos hacía disfrutar con la primera entrega de un largometraje donde unos adorables animalillos cantaban la mar de bien. Bajo la dirección de Garth Jennings (¡Canta!, El hijo de Rambow), hemos de decir que se disfruta de esta secuela que cuenta con un par de cosillas especiales.

Han pasado los años y se nota (para bien), los creadores son conscientes de que los jóvenes y niños que vieron ¡Canta! han crecido, por lo que han hecho crecer a los protagonistas a la par; aún sin olvidar que nuevos peques se han subido al carro. Nuevos temas, algo más profundos y formas diferentes de tratarlos aparecen dentro de este mundo de luz, espectáculo y color; nuevas dificultades que muestran una psicología algo más compleja de la que percibíamos en la primera parte.

En esta ocasión, a diferencia de la primera entrega, el conflicto es personificado sobre la figura de un villano, que resulta tan retorcido y cruel que logra representar a la perfección a más de una persona odiosa que evitamos encontrar en el mundo real. Y es que como comentamos, el film ahonda de forma tan profunda en los personajes que el realismo que aportan es digno de admiración, ofreciéndonos un desarrollo de personajes bastante notable respecto a la anterior película.

Hay un equilibrio muy bien llevado entre los distintos personajes; lo que resulta destacable ya que no nos encontramos en una situación como la de la primera entrega. Podría decirse que, con la búsqueda de la ampliación de sus fronteras, amplían los obstáculos a los que se enfrentan y los riesgos que pueden acarrear. Todo ello se presenta tanto de forma general como individual en cada uno de ellos; desde aquí aclamamos nuestra admiración por determinados personajes (secreto de sumario, por supuesto).

Nuevamente, el estudio ha logrado maravillarnos con un diseño de producción más que meritorio. El espectador tendrá oportunidad de deleitarse con escenarios realistas y un humor desternillante y bien incorporado. Otro aspecto fundamental en Canta 2es la música, nuevamente mantendrán al espectador tarareando cada canción durante días, con unas interpretaciones fascinantes.

Interpretaciones que nos harán viajar dentro de nuestra perspectiva y nos ayudarán a plantearnos ciertos aspectos vitales. Es animación y entretenimiento, pero también es verdad y comprensión. No olvidemos que este tipo de largometrajes no están solo enfocados en un público infantil o incluso juvenil; padres y más de algún adulto independiente pasarían un buen rato frente a la pantalla. Puede que recuerden o puede que se replanteen situaciones de su vida; desde nuestra propia experiencia aseguramos que se cumple ese objetivo.

En definitiva, os recomendamos la película, muy disfrutable, enternecedora, adorable, marchosa y muy bien construida. ¿A quién no le apetece salir cantando del cine?