'Baila con la vida': Pequeños momentos que nos hacen felices

'Baila con la vida': Pequeños momentos que nos hacen felices

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Llega a las carteleras otra comedia romántica francesa (sí, otra)

La actriz Michéle Laroque con una larga trayectoria profesional en el cine, decide pasar al otro lado y convertirse en directora. Baila con la vida es su tercer metraje dirigido y con bastante buen resultado.

Laroque nos cuenta el drama de Sandra (interpretada por ella misma) que descubre la infidelidad de su marido tras 30 años de matrimonio. Esto provoca que huya de su hogar, su trabajo y abandone su vida de esplendor y lujos para irse a vivir con su hermana en la que fue su casa de la infancia.

Ambas hermanas son totalmente opuestas en ideas y estilos de vida, lo cual genera muchos conflictos y disputas entre ellas con un trasfondo de amor y comprensión a pesar de todo.

La película resulta cómica en su empeño, tenemos dos hermanas con mucho carisma y cuyos enfrentamientos resultan graciosos a la par que naturales, son hermanas que intentan comprenderse y apoyarse la una a la otra, lo cual resulta en una relación fraternal bastante tierna.

Por otro lado, considero que la directora ha hecho un gran trabajo representando el viaje de emociones y sentimientos que puede sentir una persona ante una ruptura debida a una infidelidad.

Sandra no puede evitar odiar a su marido a la vez que no puede ignorar que le sigue queriendo a pesar de ello. Tenemos lágrimas, improperios, indiferencia e incluso una venganza que resulta original y divertida.

Una vez pasado este duelo, llega un nuevo comienzo con una nueva esperanza en la que Sandra consigue volver a creer en sí misma gracias al baile.

Junto con su hermana y unos compañeros adopta un estilo de vida lejos de los estereotipos y el glamour del que siempre había estado rodeada, para dar paso a una rutina en la que encuentras felicidad en tus amigos y pequeños detalles simples como compartir un baile con el resto del mundo para expresar emoción y alegría ante todo lo que suceda.

Como no podía faltar, también hay una trama amorosa entre Sandra y un amigo de su hermana Dani que para mi gusto se queda bastante forzada. No es lo más relevante de la película, puesto que la relación entre las hermanas es la que lleva las riendas de esta película y por lo que funciona tan bien a nivel comedia, se podría haber prescindido de ella y dejar que Sandra pudiera encontrar el amor en el resto de nuevas experiencias de su vida, pero esto no deja de ser una película francesa.

Graciosa y tierna resulta una buena película para reír y reflexionar en que la felicidad se puede hallar en los pequeños detalles de la vida.