'Nostalgia': una experiencia tan poderosa como promete

'Nostalgia': una experiencia tan poderosa como promete

3 Butacas de 5

El regreso a la Napolés natal de Felice (imponente Pierfrancesco Favino) tras haber vivido cuarenta años en El Cairo es lo que despierta en él la nostalgia que da título a la última película de Mario Martone. Durante sus primeros compases, en los que vemos simplemente cómo el protagonista recorre la ciudad nocturna, sin que parezca tener ninguna meta en particular, dejan claro que ese Napolés algo triste y decadente aún imbuido aún de cierta belleza clásica, es también la ciudad en la que Martone creció, aquella que ahora quiere recordar. Sin embargo, parece que este impulso estrictamente personal es lo que ha prevalecido en el núcleo de la película por encima de cualquier otra cosa.

Y es que, aunque el punto de partida tenga cierto interés, y el primer acto de la narración en la que Felice cuida de su madre hasta que fallece y reconecta con la gente de su barrio resulte sincero y apunte ciertas ideas con potencial, la película parece rápidamente ensimismarse en sí misma. Da la sensación de que buena parte de lo que sucede, y la gente con la que Felice se encuentra no tiene verdadero peso dramático, y a menudo se desarrolla de manera trivial.

La narración remonta, no obstante, una vez que se introduce el papel de las bandas y los mafiosos de poca monta se han apoderado del barrio; y lo que es más interesante: el mismo líder de estos delincuentes es el mejor amigo de la juventud de Felice, con el que quiere ajustar cuentas. De hecho, nos encontramos con una secuencia en la que unos pandilleros comienzan a disparar por las calles nocturnas mientras las recorren a toda velocidad en sus motocicletas, todo ello mientras pasa al lado de Felice, que apenas se aparta de su camino. En este punto, la película casi parece anticipar una especie de neowestern urbano escrito por un Paul Schrader italiano, en el que Felice debe redimirse de aquello que le hizo abandonar el país hace años. Sin embargo, “Nostalgia” pronto vuelve a dar vueltas sobre sí misma, sin avanzar en ninguna dirección de manera decidida.

La película tiene, sin duda, hallazgos formales (como la representación de los recuerdos de Felice a modo de películas caseras) y premisas realmente estimulantes (ese duelo con su amigo de la juventud) que por desgracia no parecen alcanzar todo su potencial, ni todo el peso dramático que deberían tener para que Nostalgia resultara una experiencia tan poderosa como promete.