'Avatar: El sentido del agua': Una montaña rusa demasiado larga

'Avatar: El sentido del agua': Una montaña rusa demasiado larga

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Quizás sea ese su mayor problema.

Te pueden encantar las montañas rusas, pero cuando duran demasiado empiezas a marearte, la emoción se transforma en agobio, la seguridad empieza a hacerte daño en el pecho y en definitiva empiezas a sufrir porque solo deseas que se acabe cuanto antes.

Pues… básicamente eso.

Se nota que James Cameron se ha tatuado en el pecho el lema “ya está todo contado” y no hace ni el más mínimo esfuerzo en darle algo de originalidad al “qué”, centrándose de lleno en el “cómo”.

Y si, parece literalmente que te estás bañando en el agua, que esos seres azules son reales, que las balas pasan a tu lado o que podrías acariciar algún pececillo. Pero de estar todo el rato en el agua hasta un niño se cansa.

Habrá cuatro iluminados que verán grandeza en cómo el bueno de James ha conseguido que las motas de polvo caigan en primer término, pero para eso te invito a venir a limpiar a mi casa.

El cómo y el qué deberían ser uno. Eso consiguió con la revolución que fue Terminator a nivel visual y textual, o con Aliens, o con Abyss

Pero ya en Titanic dijo “esto es sencillo, pongo a un hombre fuera de su hábitat que se enamore de una chica de otro grupo social, la conquiste, sea aceptado a pesar de los impedimentos y el resto es que veáis como me la saco hundiendo un barco”.

Misma fórmula, misma conquista, misma meta. Cambia barco por 3D y al grupo social por otra especie, pero en el fondo, más de lo mismo.

No se han molestado ni en buscar un nuevo antagonista, exactamente la misma historia, pero con agua.

Es lo que tienen las montañas rusas, carecen de historia, solo son curvas y más curvas hasta que vomites. Ojo, hay gente a la que le gusta mucho vomitar, allá ellos.

La película además se convierte en un auto homenaje particular con guiños a la filmografía del director. Desde esas máscaras y respiraciones que nos llevan al universo de Abyss, a esos robots humanoides que de nuevo nos transportan a Aliens, incluso tenemos barquito hundiéndose poco a poco, yuhuuu, qué original todo.

Quiero dejar bien claro que soy de los que flipa con las montañas rusas, las reales y las cinematográficas. Me encantan que me zarandeen, sentir adrenalina, divertirme… pero sinceramente me he mareado profundamente. Me dolía la nariz de aguantar las puñeteras gafas más de 3 horas, de las que me han sobrado 2 de documental a lo Cousteau en el que encima no aprendes nada porque los bichos son de mentira

Mención aparte el rollo familia del Opus azulada que se han montado.

En fin. No sé si estrenarán la tercera, o la cuarta, o quinta. Pero aquí al menos yo me bajo del carro. Prefiero los documentales de la 2, que son igual de soporíferos, pero al menos tienen más consciencia del tempo narrativo.

Eso sí, vais a flipar visualmente, eso es indiscutible. Pero mejor si solo la veis un ratito.  Puestas a elegir, la parte documental chula es la de la hora de en medio, por si acaso.