'Devotion', una epopeya aérea con gran factura, pero escasa de ideas

'Devotion', una epopeya aérea con gran factura, pero escasa de ideas

2’5 Butacas de 5

Devotion es la adaptación a la gran pantalla de libro de Adam Makos que narra las hazañas del primer primer aviador negro de la historia de la Marina. Han pasado cinco años desde el final de la Segunda Guerra Mundial y en 1950, al comienzo de la guerra fría, dos jóvenes pilotos de diferentes mundos son aceptados en un escuadrón de élite estadounidense para su entrenamiento y utilización en combate.

Pese a lo insólito de la historia, ni los guionistas ni el director se molestan en ofrecernos algo diferente a lo que ya hemos visto una y otra vez en pantalla. Una historia heredera de Top Gun que repite incesantemente los arquetipos y la estructura de las películas bélicas. La historia avanza a marchas forzadas con interpretaciones contenidas y algo sobreactuadas (hay una escena en frente de un espejo que sonroja a cualquiera) pero se las arregla para regalarnos algunas escenas aéreas dignas de pagar una entrada de cine.

Los diálogos son acartonados y su director, J.D. Dillard se detiene demasiado en los momentos sentimentales entre las escenas de acción, restando ritmo a una película excesivamente larga y soporífera. A pesar de esos obstáculos narrativos, el realizador invierte una tremenda cantidad de convicción emocional en su personaje y eso acaba haciendo mella. La historia se centra en dos personajes principales bastante descompensados lo que termina por no conseguir que el espectador se centre dramáticamente en ninguno. Da la sensación que colocan a estos dos protagonistas para que, si no te sientes identificado o atraído por uno que, al menos, el otro te caiga medianamente bien. Una acción cobarde que lastra toda la cinta.

Afortunadamente, el director de fotografía Erik Messerschmidt (Mank) se las arregla para animar las cosas con esos efectos visuales aéreos de gran factura y unas imágenes agradables al ojo humano pero carentes de profundidad dramática y demasiado contemplativas. Devotion quiere pisar suelo sólido con demasiada firmeza y lo que termina consiguiendo es hundirse sobre sus propias ideas.