'Scream VI': más sangre, más violencia, más Ghostface

'Scream VI': más sangre, más violencia, más Ghostface

4 Butacas de 5

Tan solo un año después de su último lanzamiento, Scream regresa con una sexta entrega que promete seguir aumentando el nivel. Wes Craven dio comienzo en 1997 a lo que se convertiría en una de las películas de culto más veneradas por los amantes del terror. Nacida como un slasher autoconsciente y que parodiaba cintas como Halloween o Viernes 13, el conjunto de películas que conforman la franquicia se erige hoy en día como uno de los más importantes e influyentes dentro del género.

Scream VI es la primera que se atreve a trasladar la acción lejos del pueblo de Woodsboro metiéndose de lleno en Nueva York. Toda una declaración de intenciones sobre lo que pretende lograr esta cinta, una subversión de un cuento ya conocido, un giro de tuerca que arranca con una secuencia muy lograda que sirve para apuntalar el tono, el argumento y, de paso, dar un puntapié a los más escépticos.

El núcleo argumental sigue siendo la gran baza de la película, un grupo de adolescentes, de los cuales ya conocemos a algunas caras, se tendrá que enfrentar a la amenaza de un nuevo Ghostface que acecha la gran manzana durante la semana de halloween. Pero si la base es la misma ¿qué es lo que hace que Scream VI sea especial? Principalmente su tono. Una violencia sin autocensura acompañadas de unas secuencias excelentemente filmadas eleva el nivel de amenaza de este nuevo y misterioso antagonista.

La metaficción característica sigue siendo igual de efectiva y, pese a que el ritmo parece decaer a la mitad del metraje, el final se eleva como uno de los mejores clímax de la saga. La pareja protagonista conformada por Jenna Ortega y Melissa Barrera dan lo mejor de sí como buenas final girls sin olvidarnos del genial trabajo interpretativo del resto de “adolescentes”. Scream VI sabe jugar muy bien todas sus cartas aguantando el misterio hasta el mismísimo desenlace, donde lo míticos giros de guion entran en acción dispuestos a abrir más de una boca.

Una película redonda que no solo nos deja unas cuantas setpieces de terror maravillosas y entretenidas, sino que se presenta como una de las cintas más disfrutables de este primer trimestre de 2023. Su autoconsciencia es su mejor baza y aun así consigue hacer reír y aterrorizar a partes iguales. No dejen que se la cuenten, vayan al cine a verla.