'Matria': la dura realidad de la precariedad laboral

'Matria': la dura realidad de la precariedad laboral

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Álvaro Gago: “La precariedad actual es profunda a todos los niveles”

El trabajo es uno de los derechos humanos y constitucionales que toda persona ha de tener en su vida. Un puesto laboral que nos permite sobrevivir en un mundo cada vez más polarizado, egoísta, capitalista y precario con el obrero. Desde los pescadores de las lonjas, carniceros, agricultores hasta los docentes de cada día; la labor de los hombres y mujeres del país se ve machacada después del esfuerzo en tres o cuatro trabajos tratando de llegar a final de mes. Una labor que es desempeñada para vivir en libertad junto a los que viven a su alrededor.

Ramona (María Vázquez) es uno de esos seres humanos que madruga cada día para levantar su hogar. Limpiando conservas, acudiendo a la lonja y todo aquello que tenga que hacer para llegar a casa y seguir faenando. Un esfuerzo y tesón que forman parte de la precariedad absoluta que existe en gran parte de las vidas del país.

Álvaro Gago le planta cara al capitalismo y a la falta de recursos con un retrato crudo y sincero a través de la mirada de María Vázquez, un claro ejemplo de la mujer trabajadora, de la que lucha por cuidar a su familia a costa de tres o cuatro trabajos mal pagados y que la mantienen con los pies en la tierra mientras aspira a un futuro mejor. Ella sueña, ríe, llora y ofrece cariño a quienes la necesitan.

María Vázquez está excelente en el rol de Ramona, protagonista del largometraje, un personaje al que le aporta la emoción, la frialdad y el dolor que existe en un contexto laboral tenso e impredecible. Un rol lleno de sacrificio, que emerge desde las tripas del alma para brindarnos una de las primeras interpretaciones del año. ‘Matria’ es un empujón hacia el abismo de la precariedad, un relato en el que se mezcla algo de comicidad ácida, natural y honesta, mientras que permite al espectador reflexionar sobre lo que vivimos hoy en día.

Álvaro Gago ya demostró retazos de su gran talento con el cortometraje que lleva el mismo nombre que el largometraje. Un cineasta que habla con el corazón en sus manos, dirigiendo una historia de cine social, reivindicativa y que pone de manifiesto el coraje de la mujer. Un cineasta que narra desde la sinceridad, con una mirada luminosa, llena de múltiples aristas como la vida escarbando en el alma de quien se sienta a disfrutar de su talento.

La película se centra en la vida de Francisca Iglesias, una de las miles de mujeres anónimas que han luchado cada día por los suyos, por levantar no solamente sus vidas, sino la de los seres humanos que conviven con ella. Francisca Iglesias cuidó al abuelo de Álvaro Gago durante los últimos años de su vida, compaginando sus labores con la necesidad de protección de un sistema que sigue fallando a los trabajadores del país.

Un largometraje que parte del alma más profunda y humana del realizador Álvaro Gago, lleno de una sensibilidad que eleva al edén de la crítica social una película rica, noble y honesta. Una historia humana, que nos hace ponernos frente al espejo de los ojos de Ramona, en la que la naturaleza, el contexto urbano y el carácter más guerrero de la mujer permiten crear una película profunda y llena de personalidad.