'Asedio': el averno de la corrupción y la miseria humana

'Asedio': el averno de la corrupción y la miseria humana

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La corrupción, deshumanización y violencia social han ido evolucionando a pasos agigantados. Si el tiempo de nuestras vidas varía a medida que se dan ciertos avances, sucede lo mismo con los pecados del alma humana. Ese que a la par atesora bondad y codicia; inocencia y maldad; esperanza y mediocridad.

‘Asedio’ es el billete del trayecto completo hacia el averno de la miseria y corrupción humana. Esa que se ha ido enriqueciendo a través de los fondos buitres, el dinero negro y los entramados entre los de las poltronas y quienes velan por la seguridad. Una película oscura, intensa, mugrienta y que resquebraja por completo los rincones de un edificio en el que la oscuridad y desesperanza campan por todas sus plantas.

Después de elevar a lo más alto la violencia con ‘Secuestrados’ y la venganza con ‘Tu Hijo’, Miguel Ángel Vivas ejecuta con maestría una película visceral, mordaz y de una intensidad apabullante que hace mantener la tensión en todo momento. El cineasta se luce de nuevo como el gran director de cine que es, homenajeando a John Carpenter y Sidney Lumet como si del hijo pródigo que llevasen esperando se tratase. Una película que atrapa en la suciedad de la corrupción, en la mugre de la codicia y la necesidad de encontrar la esperanza ante un mundo cuyos cimientos requieren ser derruidos.

Natalia de Molina es la protagonista de un thriller intenso de principio a fin. Dani (Natalia de Molina) es una agente de la policía que busca cumplir la ley cada día, ser la parte esperanzadora de un sistema que es injusto con quienes más lo necesitan. Durante el desahucio de un edificio descubre un dinero escondido sobre el que circula una trama de corrupción policial en un territorio en el que la oscuridad y la violencia son las principales escaleras. La actriz está impecable; hace alarde una vez más del talento que posee para cualquier tipo de papel, manchándose de mugre, sacando su visceralidad más violenta mientras trata de encontrar el equilibrio que le permita demostrar al sistema que ella no es una más. Ella es la estrella principal de una película en la que todo el elenco se contagia de la crudeza de una atmósfera que saca lo peor del ser humano.

Bella AgossouFrancisco Reyes (tiene una poderosa dicción impecable), Fran Cantos, Chani Martín, Jorge Kent, Efraín Rodríguez, Lucas Nabor, Federico Pérez y Luis Hacha entre otros forman parte de una función que no deja tiempo a poder tomar una bocanada de aire fresco. La colaboración especial de Juan Margallo y Esperanza Moreno García (madre de Miguel Ángel Vivas) son las notas de la humanidad, el amor y la insensibilidad del sistema.

El guion de Marta Medina, impecable de inicio a fin; mete las manos en todas las heridas candentes de un país que navega sobre los ríos de la injusticia, la corrupción y la división social. Un foco que se coloca sobre la búsqueda de la esperanza de quienes buscan un futuro mejor; de un mundo de hombres que pisotea a la inocencia y de aquellos que mientras más tienen más desean.

El largometraje coloca al espectador sobre la reflexión de romper con el sistema que devora las vísceras o dejarse engatusar por todo lo desleal de lo justo. Una película que a nivel técnico es irreprochable, haciendo hincapié en planos secuencias, tomas de acción muy burras en las que la sangre y la pólvora hacen que Natalia de Molina y Bella Agossou comanden un ‘Río Bravo’ de tensión y violencia. La producción de Enrique López Lavigne pone el broche de esplendor a la colaboración con Miguel Ángel Vivas, una unión que tuvo lugar con ‘Tu Hijo’, un cocktail que pide a gritos más proyectos de dos genios unidos y que cabalgan por el sendero de la pasión cinematográfica.

‘Asedio’ es el verdadero infierno de la corrupción. Un largometraje que invade al completo las esperanzas y anhelos de los marginados a través de una historia mordaz, real y realmente brutal. Miguel Ángel Vivas consigue escarbar sobre la mugre y avaricia con un thriller de tensión trepidante que emerge desde las tripas hacia el alma y la conciencia.