'¡Tiburón a la vista!': Un lavado de imagen para las películas de tiburones

'¡Tiburón a la vista!': Un lavado de imagen para las películas de tiburones

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Llevamos tantos años viendo películas cutres de tiburones que nos habíamos olvidado de que se podían hacer bien. ‘Tiburón a la vista’ nos presenta una trama ya muy repetida, la de un tiburón asesino que perturba la paz de un pequeño pueblo de veraneo, pero decide acertadamente alejarse de un acercamiento más dramático y nos demuestra que el tono cómico encaja muy bien en este tipo de historias, a las que casi podemos llamar ya un género en sí mismo.

Son varios los elementos que hacen de esta una película compleja que destaca frente a historias similares. La dirección está cuidada y muy medida, recordando a veces al estilo de Wes Anderson en cuanto a la utilización de símbolos visuales. La historia está narrada por un narrador que, aunque pueda llegar a resultar explicativo en alguna ocasión, ayuda a asentar el tono cómico. Se emplean algunos estereotipos como el de la policía a punto de jubilarse o el del propio tiburón de naturaleza asesina, pero la trama está realmente subordinada a ellos, se utilizan de forma coherente y tienen una aportación a nivel narrativo.

Además, y al igual que en el filme original de Steven Spielberg de 1975, el cual indudablemente impulsó la presencia del tiburón en el cine, la tensión dramática proviene de la idea terrorífica del tiburón y esta no depende exclusivamente de la utilización del recurso del jumpscare o susto repentino. A esto se le añade el hecho de que el motor de la historia no son las imágenes de un tiburón asustando al espectador, sino la evolución interna y emocional del personaje. Lo realmente peligroso para la protagonista no es el tiburón, sino la cólera colectiva de un pueblo que lo quiere matar, su obsesión por cazarlo y redimirse; sobre todo, el no querer afrontar su crisis existencial producida por un sistema que le obliga a jubilarse.

Relacionado con esto, se agradece que hayan decidido darle el papel protagonista a una mujer que de verdad hace algo y que produce narratividad. Otro ejemplo de la ruptura de los roles clásicos de género lo encontramos en su marido; no es el prototipo convencional de hombre y su personaje no está por estar, sino que su función es acompañar el desarrollo emocional ya caracterizar en mejor medida a la protagonista.  

En definitiva, la película resulta emocionante, entretenida y, sobre todo, refrescante y sorprendente. Te gustará tanto si disfrutas de los thrillers con tiburones como si tus películas favoritas son aquellas enfocadas en el desarrollo emocional del personaje protagonista. Aunque puede que su tono frívolo y cómico descoloque a aquellos que solo quieran ver a un tiburón devorando a personas durante hora y media.