'Transformers: El despertar de las bestias', un blockbuster con el piloto automático

'Transformers: El despertar de las bestias', un blockbuster con el piloto automático

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La saga de Transformers, aquella iniciada en 2007 por Michael Bay, no ha sido de las más regulares en cuanto a la calidad de sus entregas. Las películas se sostenían con pinzas y el interés por esta nueva raza alienígena tan peculiar fue decreciendo con el paso del tiempo. Transformers: El despertar de las bestias pretende recuperar la esencia original de aquella primera película, sin rodeos extravagantes ni artificios insustanciales, con una historia ya conocida pero efectiva.

La cinta nos transporta a 1994, una línea temporal anterior a la de las primeras películas y donde vemos a unos jóvenes Autobots ocultos entre los humanos. Todo se complica cuando una joven historiadora y un exsoldado se topan con un objeto arqueológico poco usual. Se trata de una llave que escondió hace miles de años en nuestro planeta otra raza extraterrestre, los Maximals, para evitar que un Dios malvado llamado Unicron siga devorando civilizaciones enteras allá donde vaya. El problema es que la llave también es una de las vías de vuelta a casa para los Autobots. Humanos y máquinas deberán unir sus fuerzas ante la inminente amenaza de Unicron.

Transformers: El despertar de las bestias es un blockbuster con el piloto automático. A los mandos del proyecto está Steven Caple Jr. director de la afamada segunda entrega de Creed. La historia cae en todos y cada uno de los clichés del género sin aportar nada novedoso. Un entretenimiento vacuo pero muy disfrutable. La acción está bien filmada y la película crece cuando son los humanos y no las bestias los que copan la pantalla. El guion es completamente predecible puesto que se trata del calco de otros cientos de películas hermanas, sin embargo, no impide disfrutar de un viaje entretenido y, por momentos, divertido.

Anthony Ramos y Dominique Fishback se echan la película a sus espaldas y cargan con todo el peso emocional que las máquinas son incapaces de dar. Ambos actores están más que correctos y cumplen con creces lo que se les pide. La amenaza de Unicron es burda y en ningún momento llega a asustar, un villano más interesado en arrasar con todo sin aparente motivo. Una figura arquetípica situada ahí para que los héroes puedan lucirse y tener su momento de gracia.

Transformers: El despertar de las bestias recupera la esencia de la saga sin devanarse los sesos. Simple pero efectiva. Un entretenimiento más que digno que disfrutarán tanto los fans de la saga como aquellos espectadores que descubran por primera vez a los Autobots.