'Quédate a mi lado' : una comedia romántica exponencialmente dramática

'Quédate a mi lado' : una comedia romántica exponencialmente dramática

4 Butacas de 5

            Como primera crítica para este medio, si hubiese tenido que elegir entre todo el abanico de la cartelera, difícilmente habría empezado por una comedia romántica que tiene más drama que comedia y que el ruido lacrimógeno de la sala me hizo saber a medida que avanzaba la trama.

            Michael Showalter nos presenta “Spoiler Alert” (Quédate a mi lado), película basada en el libro autobiográfico del periodista Michael Hoziello quien, interpretado por un majestuoso Jim Parsons (‘Sheldon Cooper’ en ‘The Big Bang Theory’), nos narra su relación con el fotógrafo Kit Cowan (Ben Aldridge).

            Siempre he sido extremadamente cuidadoso en las lecturas de sinopsis para evitar spoilers por lo que, en este caso y con más razón si cabe aludiendo al título original de la película, trataré de desengranar la película sin incurrir en el mayor temor de cualquier cinéfilo y procurando no olvidarme de aquello que suelen llamar “estilo propio”.

            La trama empieza de un modo agresivo, a un ritmo alto de presentación de los personajes, en el que son expuestas sus motivaciones e intenciones. Esto me hizo adentrarme aún más en la duda de si mi primera experiencia en un pase de prensa estaría a la altura. Todo parecía estar acorde a lo establecido: chico conoce a chico (aunque chica habría sido lo establecido por lo que yo sé), y existe la química suficiente que un elocuente Jim Parsons y un embaucador Ben Aldridge se encargan en construir en apenas 15 minutos de película.

            El guion comienza de manera sencilla y ligeramente atropellada. Sin embargo, más adelante se adentra en una pausa adecuada y con unos tempos sosegados que permiten entrar en la trama con interés y preocupación por la historia real que vivieron Hoziello y Cowan. Por lo que, el argumento, no resulta ser más que eso : un permisivo acceso a la intimidad personal y sentimental de una historia de amor normal, que cuando ves que está especialmente maquillada (como el 90% de las películas hollywoodienses de género romántico), introduce elementos desmitificadores que otorgan el realismo necesario de un filme basado en hechos reales y que, como decía al principio, el objetivo principal no debe ser olvidado : soltar alguna lágrima esporádica; o frecuente, según el caso (no diré el mío).

            Si bien la dirección es sencilla y sin un sello claro, permite la brillantez de otros elementos como el de un reparto más que solvente. Jim Parsons le da un plus de calidad en la interpretación, especialmente en la expresividad emocional permanente; acompañado de la veterana e infalible Sally Field, la cual ya ha ejercido todos los papeles maternales habidos y por haber (‘Forrest Gump’, ‘La señora Doubtfire’ o tía May en ‘The Amazing Spider-Man’), y aquí no iba a ser menos, personificando a la madre de Kit Cowan, interpretado por Ben Aldridge. Este fue una agradable sorpresa que me permitió olvidarme de su personaje vulgar y cómico de la miniserie ‘Fleabag’. En este caso, colaboró activamente en el ejercicio lacrimógeno generalizado de la sala.

            En definitiva, la película da lo que pretende: una comedia romántica exponencialmente dramática muy por encima de la media. Si quieren ahorrarse la terapia, esta es una buena opción.