'Pequeños Grandes Amigos': La realidad que a todos nos alcanza

'Pequeños Grandes Amigos': La realidad que a todos nos alcanza

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Los dos momentos más vulnerables de un ser humano son la infancia y la vejez, dos etapas en las que más se necesita de amor, compañía y comprensión. ¿Qué sucede cuando no se cubren esas necesidades emocionales? Una pregunta que “Pequeños Grandes Amigos” responde al presentar la historia de distintos personajes a lo largo de los 96 minutos que dura el filme.

En una estancia de adultos mayores en la que apenas hay suficiente personal para cuidar a los residentes, un grupo de niños liderados por su maestra llega para comer en el comedor del centro, mientras la cafetería de su escuela es remodelada. Parecería que todo sería un caos y malos entendidos entre ambos grupos, pero es en medio de esta situación que tanto niños como ancianos, encontrarán una gran comunidad y apoyo.

La cinta está llena de realidad, a veces tan dura que causa incomodidad, ser bañado por un tercero, tener que usar pañales, la falta de memoria, entre otras cosas. Dentro de las actuaciones a destacar Christian Sinniger se lleva la película completa al dotar a un personaje de complejidad emocional, un personaje al límite tanto de la ternura como la agresividad.

Es un trabajo lleno de detalle, para reflexionar, un filme que habla sin tapujos de la soledad, la vejez y la vida misma, por momentos con un ritmo lento. Hay tantas historias y personajes que algunos se quedan en el aire, como si realmente estuviésemos vislumbrando el día a día del centro de mayores.