'La Memoria del Cine': Fernando Méndez-Leite, el cinematográfico hombre de moda

'La Memoria del Cine': Fernando Méndez-Leite, el cinematográfico hombre de moda

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Desde el surgimiento de la Nouvelle Vague y de la emersión del llamado Nuevo Hollywood, se empezó a hablar del término “cinefilia”, empezando así el surgimiento de los directores cinéfilos, que no solo contaban historias, sino que empezaban a estudiar a sus predecesores para así poder otorgarle a la historia del cine una grandísima evolución. Son muchos en esta lista, desde Peter Bogdanovich, Quentin Tarantino, Jean-Luc Godard, Steven Spielberg, François Truffaut, Woody Allen o Martin Scorsese, entre otros muchos. Y, aunque los primeros fueron ellos, al menos así lo dice la historia, Fernando Méndez-Leite, sin duda alguna, también tiene mucho que decir en torno a la cinefilia y acerca de la pasión por el séptimo arte

Desde el filme Hablan las campanas(1949), dicho director, realizador de televisión y crítico de cine, se convirtió en un absoluto amante del cine. Lo demostró en muchas de sus intervenciones en televisión, a través de la dirección del programa La noche del cine español o como tertuliano en el programa de Qué grande es el cine, donde analizaba las películas casi como si los largometrajes que él más amaba fueran vivencias de su propio pasado. 

El documental La memoria del cine: Fernando Méndez-Leite, dirigido por Moisés Salama, retrata, no solo a esta figura verdaderamente subrayada de nuestro cine que ha contribuido a que sucesivas personas vean la vida a través de personajes como el protagonista de Fresas Salvajes autoevaluando sus recuerdos, sino una época, una generación y la pena es que, como se señala en el documental, muchos ya no estén, aunque sí que puedan rememorarse gracias a las películas. 

La propia puesta en escena, con una fotografía cargada de películas en formato físico, las melodías silbadas por el propio Méndez-Leite, rostros tan memorables del cine español como Carmen Maura, José Sacristán, Miguel Rellán, Antonio Resines, Aitana Sánchez-Gijón, Hector Alterio, Fernando Lara, Fiorella Faltoyano o incluso José Luis García Sánchez, generan emociones muy profundas para el espectador que, aunque de alguna manera puedan producir cierta melancolía, no hay una nostalgia sobrecargada, es solo una revisión absolutamente maravillosa de un pasado que en momentos solo existe en los antiguos programas de mano.  

“Jugar a las películas”, así lo llama Méndez-Leite al hecho de programar ciertas películas en cines que ya, desgraciadamente, se han perdido, pero él los recopila, los resucita, los devuelve a la vida como hace el cine con diversas figuras a través de sus historias en la gran pantalla. 

El hombre de moda, la miniserie La Regenta, así como los documentales en torno a la figura de Elías Querejeta o Ana Belén, entre otros, también se integran en esta semblanza cinematográfica donde se deja claro que Méndez-Leite, aparte de ser un hombre de cine, es ante todo un director de cine

Son tantos los detalles de esta pieza documental, que es inevitable compararle a su protagonista con Pedro Liniers, donde la palabra es igual de importante que sus películas favoritas, donde sus vivencias dicen muchísimo de su propia persona y donde sus cuadernos, llenos de fotogramas y estrellas, terminan enmarcando la maestría de todo lo que es y ha sido. Como bien remarca José Luis García Sánchez en el largometraje: “Lo que nunca pueden engañarnos son las imágenes” y el visionado de este documental, es la mayor prueba de que todo ello es así, de que verdaderamente Fernando Méndez-Leite es la memoria del propio cine