'La reina del convento': Entre hábitos y risas

'La reina del convento': Entre hábitos y risas

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Si eres fan de “Aquí no hay quien viva”, de la comedia irreverente, y te gusta apagar tu cerebro cuando vas al cine, esta película es para ti. Ambientada en la muy andaluza y bella Sevilla, la historia transcurre en un convento de monjas en donde nuestro protagonista Mario Vaquerizo busca el amor de su “Jesú”, para ello deberá aprender todos los “tips and tricks” sobre ser una monja hecha y derecha para lograrlo.

            Esta comedia coral la completan Antonia San Juan, Isabel Ordaz, Dulceida y la gran Gemma Cuervo, quienes con nombres muy celestiales como “Sor Rita”, o “Sor Raimunda” enseñan a “Sor Juanita” una vida de celibato y de oración. Eso al inicio, porque conforme avanza la trama, que, si bien no tiene estructura alguna, es más una serie de sketches dirigidos por “Emilio Delgado” de “ANHQV” sobre situaciones surrealistas en las que un grupo de monjas se podrían encontrar. Por ejemplo, secuencia en la que monjas comen ricas magdalenas cocinadas con cierta planta, o secuencia en la que la monja influencer tiene un podcast de historias paranormales sobre el convento, o secuencia de monjas bailando zumba.

            Estas secuencias intentan hilar una historia que no tiene ni pies ni cabeza, donde parece que el objetivo de la directora Carmen Perona es más hacer reír a las nuevas generaciones con comedia woke que contar una historia de amor propio y de hermandad que a veces alcanzas a vislumbrar entre líneas pero que nunca sale a la luz.

            Si hay que destacar algo es el diseño de producción y la fotografía, entrando en este mundo surreal donde monjas desviven al sacerdote, el convento es colorido, los hábitos son rojos, todo es acorde a la trama y ayuda a entrar a una narrativa difícil para públicos más exigentes.

            Algunos momentos de comedia son buenos, irónicos y sarcásticos, incluso con cierta crítica pero que son opacados por un ritmo ambivalente, y personajes que entran y salen de escena como si de una obra de teatro se tratara. De hecho, hay un punto que la película parece o que puede durar 3 horas o que se termina ya, pero solo se van agregando secuencias que estiran la historia y que por ello el final se siente apresurado y sin ningún tipo de consecuencias y desarrollo para los personajes.

Esta comedia, situada en un pintoresco convento andaluz, ofrece momentos hilarantes con su enfoque en la vida monástica peculiar. A pesar de destacarse por su diseño de producción y fotografía, la trama carece de una estructura sólida, convirtiéndose en una sucesión de sketches. Aunque algunas secuencias son divertidas, el ritmo ambivalente y la falta de desarrollo de personajes dejan una película para el olvido.