'Radical': La educación como verdadera resistencia

'Radical': La educación como verdadera resistencia

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México es diversidad, llena de colores, sabores y sensaciones, con paraísos como la Riviera Maya que abarca una de las ciudades más seguras de todo el mundo, Mérida. En contraste, a casi 2.000 kilómetros de ella, en el mismo país encontramos ciudades como Matamoros, en el estado de Tamaulipas. Una ciudad en la que la pobreza es abrasadora, los niños crecen escuchando tiros en la calle, encontrando cadáveres en las aceras y algunos, aspirando a crecer, unirse al crimen organizado y así por fin cambiar su vida. Cuesta creer que todo esto es parte del equilibrio de mi México.

Es en este lugar, donde uno pensaría no solo que no hay esperanza alguna, sino que tampoco hay alguien a quien le importe, justo ahí se desenvuelve Radical. Conocemos a Sergio Juárez, un profesor de sexto de primaria recién llegado a Matamoros para incorporarse a la escuela José Urbina López. Sin embargo, Sergio no es un maestro cualquiera, no está interesado en el sistema tradicional, ni en seguir el plan de estudios del curso, más bien, busca potenciar a sus alumnos a través de la curiosidad que sienten por cada tema; pero Sergio no lo tiene fácil, tendrá que enfrentarse no solo al tedio de los adolescentes, el reglamento de la escuela, otros profesores y hasta la dura realidad de Matamoros.

Eugenio Derbez deslumbra como protagonista, con el encanto y carisma que le envuelve, pero ahora lleno de realidad, de firmeza y con la seriedad que el personaje requiere. Un trabajo verdaderamente preciso. Liberando la tensión con solo un gesto y en la siguiente escena manteniéndola a la orden del guión. Genuinamente Christopher Zalla en dirección y Derbez hacen de Radical un trabajo exquisito.

El guion no se tienta el corazón con los personajes, es tan fiel a la realidad que Radical duele, arde de lo mucho que retrata la situación actual de algunos estados de México; y este es otro punto que quiero rescatar, desde un inicio plantea el lugar preciso del que se va a hablar, no vende la idea de que todo México es así, el equipo trabajó con un cuidado excepcional la crítica social que quiere retratar.

La ambientación musical melancólica, folclórica y el debut de los actores adolescentes hacen de este filme un producto del cual es difícil apartar la mirada, todo es tan fresco, nada sobra, nada se fuerza, las dos horas y siete minutos de duración se van sin que uno se percate del tiempo que ha pasado.

Radical es uno de esos filmes que necesita llegar a la mayor cantidad de gente posible, una historia basada en hechos reales que marca un antes y un después en la manera que se ve la educación, no solo en México, sino en el mundo, un halo de esperanza para todos los que luchamos desde nuestra trinchera por el cambio, por la paz, por los niños.