'La Hojarasca': las raíces de las emociones humanas

'La Hojarasca': las raíces de las emociones humanas

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El tiempo de nuestras vidas se mantiene como uno de los aspectos más curiosos de nuestra rutina diaria. Anclado en las raíces, las manijas de su reloj nos hacen darnos cuenta de lo que envejecemos, del paso de la modernidad y de que tenemos que saldar nuestra deuda pendiente con nosotros mismos.

Son los sueños, la esencia de nuestra rutina y el amor familiar los sentimientos de ‘La Hojarasca’, una mirada al paso de los minutos, los segundos, las horas y las propias raíces de donde venimos a las la directora Macu Machín homenajea a través de un poema cinematográfico exquisito.

Macu Machín es la autora de ‘La Hojarasca’, un homenaje a tres pilares de su familia: sus dos tías y su madre. Tres figuras que recrean el paso del tiempo a través de los maravillosos paisajes rurales canarios en los que la mirada de la cineasta goza de un talento descomunal. Una película en la que el foco no solamente es la mezcla de ficción y documental, es el proceso de elaborar una historia en la que los silencios, la propia naturaleza converge en los sentimientos de sus protagonistas. Una película con una premisa sencilla: el conflicto familiar que surge entre tres hermanas pero que en cada una de sus capas esconde una profundidad que va mucho más allá de la contemplación.

‘La Hojarasca’ es un lienzo en el que el hogar maternal, las costumbres y la propia vida elevan una película que no solamente habla de la vida a la que nos debemos, también del crujir de los sentimientos como esa hojarasca que se pisa en mitad de un campo.

La fotografía de José Alayón y Zhana Yordanova son el culmen de la satisfacción de una obra realizada con corazón y alma que tras su puesta de largo en la Berlinale envuelve en su atmósfera a través del misterio, la oscuridad y la luz natural de una película que tiene un sello propio de autora, un relato de una sensibilidad que trasluce más allá del firmamento.