'Desaparecer por Completo': una maldición sin escape

'Desaparecer por Completo': una maldición sin escape

3’5 Butacas de 5

Desaparecer por completo cuenta la historia de un fotógrafo que va más allá de los casos al adelantarse a la policía en las escenas de siniestros o crímenes. Obtiene las fotografías más sensacionalistas para uno de los periódicos que todos conocemos al más puro estilo de la revista “¡Alarma!” de México. Uno de esos casos lo lleva a fotografiar a una aparente víctima de brujería que parece muerto pero no lo está, en el lugar, nuestro protagonista encuentra un amuleto maldito que lo lleva a la peor de sus desgracias.

El filme de Luis Javier Henaine, la productora Varios Lobos y Moonlight Pictures es de esos pocos que se atreven a contar una historia de terror mexicano, y aunque no está situada como una historia de esas con las que todos crecimos como leyendas, se respira un ambiente de santería o brujería, de esa tan característica de los pueblos mexicanos.

Hoy podemos hablar de este filme como uno que ha decidido tomar varios riesgos, pues más allá de que sólo nos cuente una historia, Henaine y el equipo de producción han intentado adentrarnos en la historia con estímulos sensoriales, una decisión muy arriesgada ya que incumple con una de las reglas no escritas del cine que es que “lo visual puede llegar a perder calidad siempre que lo auditivo sea contundente porque de alguna manera nuestro cerebro complementa”, por tanto, arriesgar el audio a como lo estaba viviendo nuestro protagonista fue una decisión muy arriesgada aunque valiente para poder sumergir al espectador en la historia, es claro que lo que busca es transmitirnos la frustración del protagonista y una gran experiencia sensorial conforme la línea de la historia avanza, no diría que fue un acierto pues los sonidos comienzan a ser más cacofónicos que envolventes. Además de perder algunos diálogos al no ser entendidos en lo absoluto.

Como guion Ricardo Aguado nos da una historia de esas que pican el cuello de aquellos que creen en estas brujerías. De esas historias que cuando vuelves a encontrarte con objetos extraños que parecieran una brujería te preocupas por estar maldito. Cumple con la proyección de terror y sin usar los tan baratos jump-screamings, por lo tanto, podemos deducir que la historia es buena y funciona para transmitir el miedo exacto.

En fotografía tiene unos colores cálidos como muy distintivos del cine mexicano, pero con unos encuadres bastante espeluznantes y bien cuidados. Visualmente está muy limpio y lleno de buenas tomas. Sus FX han sido sencillos pero bien resueltos, sin falsedades ni exceso de producción. Un gran acierto visual.

Es importante destacar que la participación de Harold Torres, es muy buena elección de cast, verosímil y con un protagonista que cumple todas las necesidades estéticas y actorales para que nuestro personaje sea memorable.

Nos nos queda más que recomendar a la audiencia consumir este tipo de cine que sin duda irá evolucionando en México, ahora disponible en Netflix así que si cuentas con dicha suscripción, adéntrate en el terror que Henaine, Varios lobos y Moonlight Pictures tienen para ti.