'Mamífera': No quiero ser madre

'Mamífera': No quiero ser madre

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Mamífera aborda la firme decisión de no querer ser madre desde la honestidad en un drama costumbrista y luminoso con una inmensa María Rodríguez Soto.

La directora Liliana Torres tras títulos como ‘Family Tour’, ‘¿Qué hicimos mal?’ o la serie ‘Citas’, escribe y dirige este drama nada convencional sobre una mujer que tiene la firme voluntad de no ser madre, aunque ante un inesperado embarazo siente que se siente cuestionada, aparecen miedos internos y el cambio de opinión de su pareja.

Lola (María Rodríguez Soto) vive feliz con Bruno (Enric Auquer) su pareja desde hace muchos años en un barrio obrero de Barcelona. Es profesora titular en una universidad de arte, aunque no trabaja muchas horas, pero parece que por fin todo va como ella quiere.

Un inesperado embarazo hace que se sienta presionada sobre su decisión de no ser madre. Cuando acude a la clínica para abortar le dan tres días para que se lo piense y Lola siente que la envían al rincón de pensar, que la tratan de forma condescendiente y nada adulta.

Es durante estos tres días que se acerca a sus amigas y familia con la intención de reafirmarse en su decisión y se hace preguntas sobre por qué todas las mujeres en su entorno son madres, cómo tomaron la decisión y si se arrepienten de ello.

La película es un drama honesto que afronta la decisión de no querer ser madre desde un punto de vista firme y honrado dando voz a otras perspectivas sobre la maternidad.

La hermana de Lola, Paula (Anna Alarcón) es madre de dos hijos de los que Lola cuida a veces, Isa (Ann Perelló) su mejor amiga desde la universidad también es madre y Judith (Ruth Llopis) otra amiga se muere por ser madre y se encuentra inmersa en un complicado tratamiento de fertilidad. Mientras Lola se hace preguntas sobre la maternidad, Bruno quien se había imaginado no siendo  padre tras pasar una tarde cuidando a sus sobrinos tiene sentimientos encontrados y le surgen dudas. 

María Rodríguez Soto borda a una mujer que se mantiene firme en sus convicciones, aunque se haga preguntas y las haga en su entorno o a su pareja, al tiempo que se siente cuestionada por el sistema que tras su firme decisión de abortar porque no quiere ser madre. Toda la película está rodada con pulso y la directora opta por una fotografía luminosa huyendo de ser un drama oscuro convencional sobre el aborto y el trauma que supone, sino que se trata desde la válida y adulta decisión de no querer ser madre.