3’5 Butacas de 5

Al igual que el famoso juego de “Simón dice”, September, la hermana de July, tiene una relación de poder con su hermana, llegando a tal extremo que todo lo que le pida tiene que hacerlo sin ningún tipo de reproches. La película plantea de manera retorcida hasta qué punto tu vida vale más que la de tu propia hermana, siendo casi una extensión de ella. September la obliga a forzar situaciones que están en contra de lo que a July le gustaría hacer, mutilación incluida.

Esta insana relación de codependencia hace que ellas estén unidas a todos los niveles, como si sintieran lo que padece la otra. A pesar de ello, son dos roles totalmente diferentes, siendo July más modosita, independiente e introvertida, y September una muchacha de carácter, imponente y frenética. Van a la misma escuela y se defienden la una a la otra, pero no es sino hasta ese momento de pubertad en el cual el sexo y el amor se convierten en algo vital cuando ambas empiezan a distanciarse, con violentas consecuencias.
El origen de esta situación se va explicando con cuentagotas a lo largo de la película, donde el personaje de su madre irá dando pistas del pasado de esa familia, donde la falta de una figura paterna y una educación muy deficiente ha provocado la situación actual de las hermanas.

Ariane Labed es la directora griega encargada del proyecto, la cual utiliza muchos elementos de la primera etapa de Lanthimos. La puesta en escena tiene la esencia de “Canino”; grandes planos muy bien compuestos, montaje pausado y privilegiar al actor por encima del texto, creando momentos desagradables y bellos a la vez. Unos personajes inexpresivos y con muchos elementos que ocultar al espectador.
Hay poesía y ensimismamiento en las imágenes, pero nada tendría sentido si no fuera por su elenco protagonista. Las hermanas, interpretadas por Mia Tharia y Pascale Kann, dan alma y verdad a esta pareja tan bizarra y extraña. Una relación peculiar y personal, pero muy auténtica, viendo una comunión que las une más allá de la sangre. Están en estado de gracia, creando una conexión que traspasa la gran pantalla. El tercer pilar es la madre, interpretada por Rakhee Thakrar, quien nos transmite la carga de una figura que tiene a unas hijas que no sabe manejar, que las quiere con locura pero le recuerdan un pasado desagradable. Buscando su lugar en el mundo, luchando con lo que puede para ser feliz aunque la vida le sobrepase.

En conjunto, “Septiembre dice” es una obra extrema y polémica con una historia fraternal que tiene todos los tropos de este tipo de relatos, contada con cierta entereza y con un tratamiento interpretativo interesante, y un giro interesante en el último acto. Es una película difícil de ver, que puede hacer que retires la mirada, pero cuyas imágenes te hipnotizan, manteniéndote pendiente en todo momento, conectado con July y September. Como una de ellas.

