'Un Buen Padre': una acertada reflexión sobre los prejuicios

'Un Buen Padre': una acertada reflexión sobre los prejuicios

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Esta película nos presenta una historia cuya premisa es una pregunta que todos, muy seguramente, nos hemos hecho alguna vez: ¿qué pasaría si un sacerdote tuviera un hijo?

Ronan Tronchot nos adentra en la vida de Simón, un sacerdote muy presente en su comunidad que, durante su seminario, conoce a Louise, una chica con la que se entiende que tuvo una efímera relación que dio como resultado un hijo del cual Simón nunca se enteró que existe.

La historia comienza mostrándonos a Simón no solo como el tan dedicado padre que es y todo el mundo conoce, sino también como el ser humano detrás de la figura, una persona con rutinas, amigos y gusto por la cerveza y el futbolito. Así, cuando Louise regresa a su vida para presentarle a Aloé, su hijo, tenemos una buena noción de lo que está en juego para Simón, no solo como sacerdote, sino a nivel personal también.

La cinta utiliza al máximo cada uno de los personajes y la fenomenal actuación del reparto para mostrarnos cómo se verían afectados los diferentes aspectos en la vida de un cura ante semejante revelación; su estatus ante la comunidad, sus relaciones con sus amigos y conocidos y, por supuesto, las implicaciones que tiene tanto para él como para la Iglesia. Sin miedo a incomodar, se aborda este y otros temas actuales y muy sensibles de forma realista y (casi) imparcial, permitiendo al espectador hacer su propio juicio sobre ellos.

Con esto dicho, Un buen padre es una propuesta interesante y poco convencional que invita a reflexionar sobre algunos de los prejuicios, buenos y malos, que podemos llegar tener sobre la vocación del sacerdocio, la paternidad e incluso de la propia iglesia como institución y su rol en la sociedad moderna.