'The ritual': un recorrido por los lugares comunes del cine de posesiones

'The ritual': un recorrido por los lugares comunes del cine de posesiones

2’5 Butacas de 5

El género de terror cuenta con una descendencia prolífica. A lo largo de la historia del cine se han cultivado diversos subgéneros que han sabido buscar su espacio y su público concreto. El cine de posesiones alcanzó su máximo esplendor con la portentosa El exorcista (William Friedkin, 1973), una película que sentó las bases de un tipo de películas muy concreto. A lo largo de los años se han visitado infinidad de lugares dentro de este peculiar subgénero, es por ello que quizás el cine de posesiones esté sufriendo un desgaste por falta de frescura. The ritual parte de una propuesta visual y narrativa interesante, sin embargo, no logra despegarse de una tradición que la condena.

Cuando una joven es poseída por una entidad demoníaca implacable, dos sacerdotes con pasados muy distantes deben unir fuerzas para salvarla. Uno es un veterano exorcista (Al Pacino), atormentado por su propio fracaso en un caso anterior. El otro (Dan Stevens), un sacerdote joven, lucha contra sus dudas y una fe que se tambalea. Juntos se adentrarán en un ritual que pondrá a prueba sus creencias, su cordura y sus vidas.

The ritual es una película de terror solvente, quizá demasiado comedida para lo que propone. Todos los elementos juegan sus cartas de la manera ideal, sin embargo, no es suficiente para convencer a un espectador curtido en unas cuantas batallas similares. La película parece esconder mucho más de lo que nos entrega, sin embargo, no consigue dejar atrás todos los vicios de un subgénero repleto de lugares comunes. David Midell agita la cámara y dota a sus rituales de un “realismo” que, por momentos, funciona. Sin embargo, en su interior no hay nada más que un vago apunte sobre el duelo, la culpa y las dudas de fe. Su mayor error es no apostar por un terror más visceral que en algunos momentos asoma la patita.

Las interpretaciones son correctas y nada dentro de la película desentona. The ritual es un producto de terror bien envuelto, sin embargo, su contenido deja mucho que desear. A los rituales de exorcismo le faltan fuerza. Por momentos parece como si, justo cuando parece que la mecha se enciende, el director le echase un caldero de agua por encima. Hay momentos donde el terror visceral parece que va a despegar, pero se queda ahí, en un mero quiero y no puedo.

The ritual es una película de terror disfrutable, pero en la que el público más acérrimo al subgénero no encontrará suficiente. Un cine de posesiones “realista” que juega la carta de exorcismo mejor documentado para entregarnos un pseudodrama sobre la culpa y las dudas de fe.