3’5 Butacas de 5

Cuando te sientas a ver Ne Zha 2, la peli te transmite una vibra que no siempre llega con este tipo de películas de animación: la sensación de sorpresa, de que cuesta saber por dónde van a ir los tiros.
Es fácil dejarse llevar por sus cifras de récord. Entras en Wikipedia y está ahí: top películas más taquilleras de la historia. Pero lo que de verdad le da fuerza y credibilidad es el vasto y apabullante universo que construye. Cuando la peli termina, te deja preguntándote algo que creo que es clave en estos casos: “¿cuántos días faltan para la secuela?”.

Si la primera entrega tenía un aire más infantil y una animación menos sofisticada, esta continuación pisa el acelerador a fondo. Ne Zha 2 demuestra que la magia no se pierde si la historia es buena, a pesar de ser la tercera pata de una saga (casi) improvisada.
El apartado visual es soberbio. La animación a veces resulta sobrecargada, pero ese exceso es parte de su encanto. Por suerte, bajo el brillante envoltorio, sigue habiendo sustancia de sobra.

La coreografía, las batallas masivas y los duelos de artes marciales son de lo más hipnóticos. Es cierto que la acción constante puede ser repetitiva, pero está diseñada de una forma tan ágil y atractiva que te mantiene con los cinco sentidos puestos en la pantalla.
La historia es densa, sí. Cuesta seguirle el ritmo, sobre todo cuando tu cerebro lleva diez minutos dando vueltas de campana con una escena de acción; pero está llena de giros, traiciones y tragedia. Por eso, el interés no decae. Hay muchos personajes y mucha pólvora para justificar las casi dos horas y media que dura. A veces se echa de menos a Ne Zha, pero cuando él no está, los secundarios brillan. Sin embargo, son las escenas en las que el protagonista regresa (y esa especie de “coming of age” de un espíritu demoníaco que la peli construye) lo más curioso y atractivo de la propuesta.

El humor a veces me saca un poco de la historia. Los temas que plantea son interesantes: la rebelión, la lucha contra el autoritarismo o el amor familiar. Por eso me choca que insista tanto en chistes de pedos, pis, eructos y vómitos que desentonan con la épica que construye. A pesar de ello, su mensaje sobre la identidad y la libertad es tan universal que acaba traspasando cualquier barrera.
Ne Zha 2 es un hito, la prueba de que se puede crear un fenómeno global sin renunciar a una historia con una raíz local. Es un logro técnico. Con defectos, sí, aunque sus aciertos los superan con creces. No es perfecta, pero su ingenio visual y su capacidad para conmover son tan grandes que es difícil no quedarse cautivado con ella.

