3’5 Butacas de 5

Capitolio vs Capitolio es un festín terrorífico que retoma los eventos del asalto a dicha sede gubernamental por miembros de la extrema derecha americana allá por el año 2021 para hacer un discurso poco discreto acerca de las raíces del núcleo propagandístico de la sociedad norteamericana. Tan drástico como paródico, el director Javier Horcajada entrega un trabajo que incluso podría catalogarse de periodístico, pero que más bien tira por lo seco, inescrupuloso y lo rotundo de su mensaje.
Tras un par de meses de las elecciones para la presidencia de los Estados Unidos en 2020, partidarios de la escena republicana se reunieron en un mitin en Washington, comandado por su fuerte representante Donald Trump, en señal de protesta por un supuesto fraude electoral que llevó al escrutinio oficial a elegir al candidato Joe Biden para la presidencia durante los siguientes cuatro años. La fuerte hostilidad de una parte importante de los asistentes levantó furor y dio paso a una especie de autogolpe de Estado que detonó un evento radical que perforó cualquier acto de carácter racional y puso una interrogación tardía al abismo social y político de un país deformado.

El metraje se exalta al transformarse en un diamante de información sobre la evolución y el legado del populismo en el país de las barras y las estrellas. Mientras cambiamos a imágenes de distintos participantes durante el ataque, Javier realiza un ejercicio audiovisual que arrolla las reglas cinematográficas y establece una conexión irónica entre lo que el sistema impone como supuestamente correcto y la estrambótica realidad que se supera cada día.
La presencia del director es casi invisible a primera instancia, mientras que el ritmo narrativo es marcado por la posición de las imágenes. El autor deja su marca en la clara decadencia identitaria que se vive en tiempos modernos, donde los artilugios tecnológicos son los protagonistas de nuestro día a día, la fuente de información vital que sustenta los distintos movimientos que se generan en la actualidad.

En Capitolio vs Capitolio, el formato de imagen lo invade la pantalla vertical de un teléfono que documenta el frenetismo lúdico e inolvidable de ver a una camada de personas desenfrenadas lanzándose y sobrepasando a miembros de la seguridad nacional como si de poca cosa se tratara. Una vía que nos hace dudar de si estamos realmente ante el punto de vista de una víctima o del cómplice, pero que, en cualquier caso, alimenta los cambios hacia una revolución sin objetivo concreto. Una ilusión que se guía más por lo emocional y el impacto del momento que por marcar un primer indicio hacia un futuro mejor.

Capitolio vs Capitolio, de Javier Horcajada, es una película viciada por lo experimental y las imágenes de archivo, una en la que se otorga una voz voraz en la forma, pero que, con algo de infortunio, se torna saturada después del primer tercio de la cinta. Aunque sin ser grave, sí se tambalea en su alegato contra la propaganda universal, y su visión política no concluye con la misma fuerza con la que inicia este viaje por una realidad que poco se diferencia de lo distópico. Sin embargo, no deja de ser un tajante reflejo no solo de un país, sino de un mundo que se agrieta cada vez que ignoramos lo evidente.
