'Ponte en mi lugar de nuevo': Un entretenido intento de recapturar la magia de la diversión

'Ponte en mi lugar de nuevo': Un entretenido intento de recapturar la magia de la diversión

3’5 Butacas de 5

Si como yo creciste viendo ‘Ponte en mi Lugar’ junto con el resto de los clásicos de Disney de los 90 y 2000, entonces seguro disfrutarás mucho esta segunda parte. Lindsey Lohan, Jamie Lee Curtis y todo el elenco original regresan con la misma energía de hace ya más de 20 años junto con un nuevo grupo de personajes para regalarnos una secuela que, en sus mejores momentos, logra devolverte a tu infancia y hacerte sentir que encendiste el ya extinto Disney Channel una última vez.

Y es que el amor por la película original por parte de todos los involucrados es innegable y contagioso, desde las actuaciones hasta la producción; contándonos una historia que, sin ser muy distinta a la de la primera parte, logra ser lo suficientemente fresca y nueva para justificar la existencia de esta secuela, lo cual es mucho más de lo que se puede decir de varios de los proyectos más recientes de la Casa del Ratón.

Ahora bien, esta película está lejos de ser perfecta y puede incluso llegar a ser confusa, ya que no tenemos a dos personajes cambiando de cuerpo, sino cuatro. Anna, su hija Harper, Tess y Lily, la más reciente inclusión a la familia Coleman, se verán enredadas en la misma curiosa situación que ya conocemos, teniendo que aprender una vez más lecciones sobre empatía y crecimiento personal que, aunque suene redundante con las lecciones de la primera película, está llevado bastante bien.

El problema viene cuando tienes que seguir a cuatro diferentes personajes actuando como otros personajes, y lo peor es que Anna y Tess no son las que cambian de cuerpo entre ellas otra vez, sino Anna con su hija y Tess con Lily. Aunque entendemos que no tendría sentido que nuestras antiguas protagonistas tengan que aprender la misma lección de nuevo, resulta difícil al principio adaptarte al cambio, especialmente si recientemente viste la película original. A esto se le suma que Harper y Lily son lo menos interesante de la película, ya que sus personalidades no son lo suficientemente distintas como para que, cuando el cambio de cuerpos ocurra, puedas distinguir quién es quién desde el principio.

Aunado a esto, lo peor del Disney moderno se asoma por momentos ya que, aunque contados, algunos muy mal manejados y poco sutiles momentos de “modernidad” te sacarán de la película como un vaso de agua fría y te recordarán que está película no fue hecha por el Disney disruptivo de hace 20 o 30 años, sino por el Disney actual que busca no solo no ofender a nadie, sino que activamente busca gustar a todos de una manera poco honesta y corporativa.

Aún así, nada de esto quita que Ponte en mi lugar de nuevo es una cinta entretenida, que te sacará más de un par de risas y te dejará una linda lección, mezclando nostalgia con suficientes cosas nuevas como para hacer que te dé gusto ver a estos personajes, y sobre todo sus actrices una vez más.