3 Butacas de 5

Los de mi generación (nací en 1981) crecimos viendo una y otra vez en VHS las comedias absurdas de los hermanos Zucker y Jim Abrahams. “Aterriza como puedas”, “Top Secret”, “Hot Shots” y por supuesto, “Agárralo como puedas” fueron auténticos iconos generacionales, y algunos de sus gags ya forman parte de la memoria colectiva universal.
Ahora, casi 40 años después, se nos presenta un remake de la exitosa cinta protagonizada por Leslie Nielsen en 1988. Y el reto era mayúsculo. Primero porque nos cuesta mucho separar la saga de “Agárralo como puedas” de su actor protagonista: Leslie Nielsen. Su mítico personaje de Frank Drebin es él. No puede ser otro. Y Nielsen murió en 2010, lo que hacía imposible su vuelta. Y por otro lado, hace ya algunos lustros que se dejó de hacer este tipo de comedia en el cine de Hollywood, y había serias dudas de si ese humor de hace 40 años seguiría funcionando en 2025 (más allá de la nostalgia pura y dura).

Y la verdad es que lo consigue, pero a medias.
Para empezar, Liam Neeson (que afortunadamente hace del hijo de Frank Drebin, no de él) defiende muy bien el papel. El sorprendente giro hacia la comedia más absurda de este gran actor, es un paso muy arriesgado por su parte. Y sale airoso del reto, ya que es capaz de darle un toque cínico e irónico que Nielsen apenas tenía (él era más inocente y tontorrón). Y esto hace que te olvides del antiguo Frank Drebin y solo veas al nuevo, lo cual era una de las cosas más difíciles de conseguir. Así que en ese aspecto, felicitar a Liam Neeson por su trabajo y por su arriesgado cambio de registro.

Sin embargo, el guion y los gags sí que tienen algunos problemas. El libreto sigue el mismo tono absurdo e idiota de las anteriores y los homenajes a la saga son muy agradecidos, pero a veces se pasa de frenada en la comedia absurda (la primera secuencia de la peli es bastante desconcertante a ese nivel), se insiste demasiado en algunos gags escatológicos e infantiles (el momento del interrogatorio en la comisaría) o directamente algunos chistes ya no son de esta época (todos los gags que hacen referencia al cuerpo del personaje de Pamela Anderson). En ese aspecto eché en falta más humor de segunda línea (las cosas absurdas que ocurrían en segundo término en la escena), algo que se hacía mucho en las originales y que aquí se explota poco. Esto también me ha hecho reflexionar sobre lo difícil que es hacer comedia, especialmente la absurda, y lo bien que supieron equilibrarla los hermanos Zucker en los 80. Esta cinta demuestra que no era tan fácil como parecía en su momento.

Aun así, la película también tiene grandes aciertos cómicos, como los chistes sobre el café, el photocall de los detenidos, la historia del muñeco de nieve o el surrealista cameo que aparece al final de la cinta. Y ojo al plan del antagonista, porque es una crítica directa a lo que nos están haciendo los móviles en el cerebro. Muy bien tirado por parte de los guionistas.
En general la película funciona porque sabe lo que es y te da justo lo que esperas. Es cierto que no está tan inspirada como las anteriores y a veces tira de la comedia más tosca, pero a Frank Drebin Jr. se lo podemos perdonar. Además, nos ha descubierto al Liam Neeson más divertido y absurdo de su carrera. Ya solo por eso merece la pena.

