5 Butacas de 5

Qué difícil resulta retratar estos tiempos convulsos, aterradores, inciertos. Qué difícil hacer una película entretenida que bordee con inteligencia todos y cada uno de los temas políticos más candentes. Qué difícil mantener calibradas tensión, drama y comedia. Qué difícil hacer cine que importe y qué bien lo hace Paul Thomas Anderson. Con Una batalla tras otra, el ya legendario cineasta estadounidense, saca toda la artillería para avasallar a un espectador a través de casi tres horas de cine del bueno. Una película que hace equilibrismos sobre la delicada situación del mundo actual a través de una curiosa relación padre e hija.

Tras dieciséis años escondidos, un grupo de exrevolucionarios entre los que se encuentra Bob (Leonardo DiCaprio) debe protegerse ante el inminente ataque de Steven J. Lockjaw (Sean Penn), un malvado militar obsesionado por entrar en un grupo supremacista blanco.
Una batalla tras otra es un recorrido por todos y cada uno de los temas candentes en los Estados Unidos actuales. Migración, racismo, contrarrevolución, grupos organizados, lobbies… Paul Thomas Anderson no deja títere sin cabeza al mismo tiempo que nos entrega una película de acción muy entretenida. La cinta, sustentada por un elenco magistral donde todos los personajes brillan, se abre paso entre locura, extremismos y un afán por romper con lo establecido.

La relación padre e hija que atraviesa toda la película no es baladí, pues es ahí donde radica el núcleo del drama. Paul Thomas Anderson sabe muy bien lo que hace situando en el centro una compleja relación familiar que habla de forma implícita de la inminente y perenne ruptura entre la tradición y la modernidad. Una batalla tras otra no solo cuestiona el modelo social actual, sino que lo evidencia a través de unos personajes que, si bien son caricaturescos, responden a unos patrones no muy alejados de lo que nos podemos encontrar hoy en día ahí fuera.

Quizá esta sea la muestra más pura de lo que buena parte del cine aspira a ser y no lo logra. Una película que ofrezca una historia muy entretenida al mismo tiempo que afila un poderoso cuchillo tras su espalda para hacer que el espectador reflexione sobre el mundo que le rodea. Una batalla tras otra es un divertimento gamberro que, sin elevar el tono por encima de nada ni de nadie, entrega una de las mejores radiografías sociales de la actualidad.

