'El Refugio Atómico': el eterno dilema del cliché

'El Refugio Atómico': el eterno dilema del cliché

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La ficción es una balanza que se mueve constantemente entre el cliché y lo novedoso. Un equilibrio que bien ejecutado y narrado llega a convertirse en un visionado agradable para el espectador, siendo capaz además de provocar un gran rato de entretenimiento. Por otro lado, si el ejercicio del desarrollo no se hace correctamente puede provocar un mal endémico que acaba por extenderse a todo el producto haciendo que el espectador desespere de aburrimiento.

Tras el éxito de ‘La Casa de Papel‘, Netflix sigue apostando por diferentes ficciones en busca de esa arca perdida que le permita de nuevo tener en su contenido un fenómeno entre los espectadores. ‘Sky Rojo’, ‘Berlín’, las sagas literarias de Javier Castillo…son varios los intentos que está llevando a cabo la plataforma por ofrecer al espectador una propuesta que provoque nuevamente un nuevo chispazo.

‘El Refugio Atómico’ de Álex Pina y Esther Martínez Lobato es la nueva intentona por crear un producto con una propuesta interesante y crítica pero que acaba desnivelando la balanza de la ficción en el cliché más desesperante.

Situada en una realidad distópica (aunque muy cercana a los acontecimientos que nos rodean) los ocho episodios de la primera temporada nos presentan una sociedad que vive en el miedo constante a que la Tercera Guerra Mundial termine estallando. Un grupo de multimillonarios se refugia en un búnker de lujo: Kimera Underground Park. Desde allí verán en pantallas, en un espectáculo lleno de perplejidad, cómo el mundo que conocían se va desplomando sobre sus cabezas.

A priori la serie posee una fuerza y temática sugerente pero el problema radica en que todo eso queda en papel mojado para narrarnos un culebrón en medio de un agujero de lujo en el que a pesar de los juegos de enigmas y las familias enfrentadas todo termina oliendo al mismo problema de siempre.

El patetismo de los millonarios, romances edulcorados con picardía y unos diálogos más cercanos a una telenovela que a un thriller hacen que ‘El Refugio Atómico’ termine estrellándose en una burbuja sin sentido, con personajes sin matices y un desencanto que terminará aburriendo hasta la mismísima bomba atómica.