3 Butacas de 5

El cine suele ser un refugio para mucha gente, como por ejemplo para pasar tiempo de calidad con la familia. Padres y madres que acuden a las salas de cine para poder pasar un rato con sus hijos y llevarlos a mundos mágicos que aún no han soñado. Últimamente están de suerte las familias, ya que ha habido varias películas en la cartelera que son un disfrute tanto para los más pequeños como para los mayores. No sólo hablo de las popularísimas películas de “Padre no hay más que uno” o “Destino Asturias”, sino también de películas como “Sin cobertura”, “Wolfgang”, “Los Muertimer”, “Voy a pasármelo mejor”, “Los futbolísimos” o “Campamento Garra de Oso”; incluso las más infantiles de todas como “Heidi, el rescate del lince”, “Buffalo Kids”, “Astérix: El secreto de la poción mágica” o “Kayara”. La suerte del cine familiar continua esta semana con: “Sketch: Cuidado con lo que dibujas”.

Las cartas sobre la mesa: no es una película perfecta, pero es una buena película para estos momentos en los que los niños vuelven al colegio y los padres se están adaptando al ritmo otoñal. El colegio, aunque es el reencuentro con los amigos, es un momento en el que los más pequeños de la casa se sienten acotados, se acaba la libertad y vuelven a sentir el peso de los horarios, los zapatos que les aprietan y los deberes que hay que entregar. Y el otoño, aunque deseado en la vorágine del verano, cansa a los padres que tienes que hacer malabares con los horarios: trabajo, extraescolares, colegio, amistades, etc… De esos problemas se habla en “Sketch”. De conjugar la vida adulta con la de los hijos, y las dificultades que ello conlleva. Y hay que saber llevarlo de la mejor manera, pero no siempre se puede afrontar con optimismo y el propio pesimismo aprieta y se va perdiendo la inocencia de los hijos a la par que los mayores van olvidando que ellos también fueron niños. Aunque, no todo está perdido, hay un arma para recuperarlo todo: la imaginación.

No hay nada más maravilloso que la imaginación de un niño. La de cosas sin sentido que puede producir la imaginación, pero ¿de verdad no tienen sentido? ¿O somos los adultos tan obtusos que no vemos la lógica de las nuevas generaciones? Nada de lo que produce el cerebro de los más pequeños es porque sí, todo tiene una explicación, bien fundamentada, pero según su visión del mundo. Y para entrar en esta película hace falta tener eso claro: hay que aceptar la visión infantil de los niños.
Los niños no tendrán problemas a la hora de pasar por esa premisa, y si los padres consiguen aceptarla, no sólo estarán viendo una película junto a sus hijos, sino que también la disfrutarán.

Además del mensaje y el objetivo de la película: no pierdan nunca la imaginación, la cinta cuenta con una buena dosis de aventura. No una aventura artificial, llena de superhéroes y caminos que sólo pueden recorrer “elegidos”, sino de aventuras para todos. Sin buscar la pedantería: un viaje del héroe. Aunque no se quiera, la aventura ha llamado a tu puerta y debes salir a recibirla. Quizás es en esta parte en la que más cojee el largometraje, pero se compensa con unos personajes muy reales y bien creados por Seth Worley (director y guionista).
Ir al cine es una experiencia única, compartirla con los hijos consigue que sea aún más especial. Si, además, se disfruta de la película, mejor. Sketch va a conseguir que ese trilema pueda hacerse realidad, sin sacrificar nada.

